Sobras – Por Perplejita Me Hallo

Hace cuatro años escribí un post en Canarias Bruta, titulado Política de sobras (y con esta autorreferencia toco techo en el columnismo canario), al hilo de un anuncio hecho por Paulino Rivero sobre la articulación de un plan para distribuir excedentes, no comercializables, de alimentos, provenientes de diferentes supermercados.

Recuerdo que aquello generó el clásico ruido mediático que enturbia cualquier análisis o debate, y que Soria (¡o tempora o mores!) desmintió varias veces a Rivero y viceversa. Pero calmado el ruido, no volvió a saberse nada.

Imaginen, si hace cuatro años era necesario buscar medidas para nutrir a los bancos de alimentos y que estos pudieran hacer lo propio con miles de personas que no tenían para comer, cómo lo será ahora. Y en 2009 toleramos que una promesa, que en el fondo no era tan mala idea, cayera en el olvido, pero ahora dudo que podamos consentirlo.

No se trata solo de que esa idea nunca se llevara a la práctica, y que toneladas de comida que los supermercados desechan cada año vayan a los contenedores donde cada vez rebuscan más personas. Se trata de que mientras ese número de personas crecía sin parar, nada se ha hecho por prevenir el hambre. El jaleo armado con los comedores escolares en verano indica claramente el nivel de atonía en el que nos hemos movido este tiempo.

Anda que no ha habido margen para disponer medidas que paliaran el hambre, y hemos esperado a que la miseria nos tocara a la puerta.