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Un agente salva la vida a un suicida al que engaña pidiéndole tabaco

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Un funcionario del Cuerpo Nacional de Policía que se encontraba fuera de servicio salvó la vida a primera hora de la noche del pasado martes a un hombre que amenazaba con lanzarse al vacío desde una cuarta planta en un edificio de La Matanza de Acentejo, en información corroborada por los servicios actuantes en el suceso.

El agente logró su objetivo gracias a una estratagema: pedir un cigarrillo al desesperado ciudadano para estar a distancia de poder reducirlo y evitar males mayores. La heroica proeza del agente tuvo lugar en la calle de Los Majuelos de la referida localidad norteña cuando, a falta de unos minutos para que fueran las nueve de la noche, fue alertado por un familiar de que un hombre se encontraba en el edificio de enfrente gritando que se iba a quitar la vida.

Inmediatamente, el funcionario entre en el edificio en cuestión y llega hasta la azotea, donde descubre al crispado varón, de unos 30 años, subido a un muro, logrando situarse a unos nueve metros de distancia e iniciando una conversación con el mismo. Mientras le anuncia que es policía y que lo único que quiere hacer es ayudarle, el agente comprueba que el individuo muestra gran nerviosismo, señales de haber ingerido bebidas alcohólicas y puede que alguna sustancia estupefaciente, así como que su equilibrio es precario y que en varias ocasiones está a punto de caerse.

Haciendo poco caso de las amenazas del otro, tales como “cuando me acabe el cigarro me voy a tirar” o “si no quieres verlo mejor que te vayas”, el agente gana tiempo y acorta la distancia con su objetivo apelando a que “hay más soluciones” o “la vida no acaba aquí”, para posteriormente apelar a su humanidad con mensajes del tipo “no me hagas esto, por favor” y también “no podré vivir con el recuerdo de no haber sabido ayudarte”.

Tales estratagemas y un despiste del otro le permite situarse apenas a dos metros, a pesar de que siguen las amenazas de suicidio, cada vez mayores. Justo en ese momento, el policía le pide un cigarrillo “para tranquilizarse” y, cuando se rebusca en los bolsillos, salta desde el muro que se encontraba al otro y lo tira hacia el interior de la azotea, logrando así su objetivo: salvar una vida.