España está entre los escenarios históricos más ricos y expoliados del planeta, con ventas a precios irrisorios de edificios civiles y religiosos, trasladados luego piedra a piedra, bienes muebles exportados ilegalmente y extraños robos cuyos botines llegaron a museos y colecciones privadas. Frente a esa constante, hoy hablamos de una grata excepción. El duque de Estrada, Marqués de Tetuán y Académico de la Real de la Historia, fue comisionado para reunir los documentos que probaran la propiedad del tesoro capturado en aguas del Atlántico -al sur de Portugal y al oeste de Cádiz- por la Odyssey Marine Exploration (OME), una historia apasionante y, esta vez, con final feliz para los intereses nacionales. Siete años después, Hugo O’Donnell (1948) publicó un pormenorizado y ameno relato del suceso, con los antecedentes y el seguimiento del proceso en el que actuó como experto de la parte demandante, un manual oportuno y útil para advertir y detener los saqueos de yacimientos submarinos en la PenÃnsula y archipiélagos. Todo comenzó cuando la OEM comunicó el hallazgo el 18 de mayo de 2007 pero, dÃas antes y desde Gibraltar, transportó en un Boeing 727 el cargamento -600.000 monedas de oro y plata con un valor de quinientos millones de dólares- hasta Florida.
El juzgado de la La LÃnea de la Concepción ordenó a la Guardia Civil abordar los barcos de los cazatesoros dos meses después, y sin resultados positivos. El Estado exigió la devolución ante la justicia norteamericana, basada en el derecho internacional y avalada por documentos incluidos en el legado de Juan Pérez de Guzmán, que se guardan en la RAH; ante el tribunal de Tampa y luego en sucesivas instancias de apelación, se demostró que el pecio localizado y desvalijado correspondÃa a la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, integrada en una escuadrilla que, al mando de José de Bustamante y Guerra, fue atacada y hundida por navÃos ingleses el 5 de octubre de 1804, hecho que motivó la declaración de guerra al Reino Unido y antecedente inmediato de la batalla de Trafalgar. Con la sentencia definitiva se abortaron las pretensiones de la empresa y del Gobierno de Perú, que, también, alegaba derechos sobre la carga. Ya en España y tras varias muestras itinerantes, el tesoro será expuesto en el Museo Nacional de ArqueologÃa Submarina, en Cartagena, mientras que la Guardia Civil del Mar, curada de espantos, ejerce un eficaz control de las exploraciones piratas del litoral. Una para aprender.