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ACTO INSTITUCIONAL DEL DÍA DE CANARIAS > IMÁGENES

Noche de emociones y agradecimientos

   

Foto de familia de los distinguidos con los Premios Canarias y las Medallas de Oro. / FRAN PALLERO Leopoldo Fernández recibe el galardón de manos de Paulino Rivero. / FRAN PALLERO Una vista del público asistente. / FRAN PALLERO Los galardonados con los Premios y Medallas de Oro de Canarias. / FRAN PALLERO Los galardonados con los Premios y Medallas de Oro de Canarias. / FRAN PALLERO Los galardonados con los Premios y Medallas de Oro de Canarias. / FRAN PALLERO Los galardonados con los Premios y Medallas de Oro de Canarias. / FRAN PALLERO Los galardonados con los Premios y Medallas de Oro de Canarias. / FRAN PALLERO Actuación conjunta de Los Sabandeños y Los Gofiones. / FRAN PALLERO
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Foto de familia de los distinguidos con los Premios Canarias y las Medallas de Oro. / FRAN PALLERO

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

En un atardecer primaveral inusualmente gélido, un lustroso arcoíris adornó el camino de acceso al Auditorio de Tenerife Adán Martín para la ceremonia de entrega de los Premios Canarias y de las Medallas de Oro de la Comunidad Autónoma.

Así como por fuera del recinto santacrucero había más policías que manifestantes, los invitados iban buscando acomodo en la sala huyendo del frío. Ya dentro, entraron en calor con las mantas esperanceras de Los Sabandeños y la energía de Los Gofiones. La histórica actuación conjunta de estos dos legendarios grupos folclóricos isleños inauguraron una noche de emociones, sentimientos y agradecimientos. El espectáculo Manta y estameña deleitó a un estusiasmado público que optó por no levantarse de sus asientos por mor de las estrecheces de las hileras de butacas, porque cuesta volver a sentarse.

“Aunque me voy no me voy”, decían en una de su coplas mientras Paulino Rivero ponía cara de circunstancias. Fuentes próximas al Gobierno regional eludieron confirmar si era una indirecta. En un gesto que lo honra, esta vez no se colgó medallas. El presidente se las entregó a cada uno de los nueve nombrados en esta modalidad. A continuación distinguió a los tres premiados en la máxima categoría. En nombre de los galardonados, Leopoldo Fernández Cabeza de Vaca le quitó la cursiva a la palabra canariedad. “El canario no es esa persona que vive aislada y ceñida al lugar de nacimiento”, proclamó el exdirector de DIARIO DE AVISOS. “El mar que alarga la mirada y trae el olor de otras gentes une y acerca más que separa”. Sobre el escenario del acto institucional del Día de Canarias, Leopoldo Fernández diferenció la autonomía de la autoexclusión. Eso fue antes de que el presidente definiera la realidad política, social y económica de las Islas como “un proyecto en el que cabemos absolutamente todos”. Sin embargo, y salvo que la miopía nublara los ojos de quien escribe esta crónica, por allí no se vio a ningún representante relevante de la oposición. Sí se encontraban, en cambio, miembros tanto del Ejecutivo como de los partidos que lo integran (CC y PSOE), además de conocidos empresarios.

Objetivamente no había necesidad de velar por la integridad territorial y moral (o sí). Pero, por si acaso y siquiera fuera por cumplir con el protocolo, a la convocatoria acudieron autoridades militares y religiosas.

Entre los presentes, también estaban algunos presidentes de Cabildo: el de Tenerife, Ricardo Melchior, el de La Gomera, Casimiro Curbelo, y la de La Palma, Guadalupe González, que recogió la Medalla de Oro concedida a Transvulcania.

“Soy la sombra de un almendro, / soy volcán, salitre y lava…” La interpretación del himno oficial descorchó el convite.