X
política>

El Parlamento se felicita

   

parlamento de canarias aniversario

El presidente el Parlamento de Canarias, Antonio Castro, durante su discurso. | ÓSCAR MARTÍN

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

Con la “máxima sobriedad” pero con “regocijo”, el Parlamento de Canarias celebró ayer sus primeros treinta años. En un discreto acto institucional de carácter interno, el presidente de la Cámara legislativa, Antonio Castro, hizo un llamamiento a reformar la Constitución y el Estatuto de autonomía para atender las “necesidades cambiantes del presente y disponer en las mejores condiciones las previsibles exigencias del futuro”.

A Castro, ambos instrumentos se le antojan “insuficientes” en una “coyuntura radicalmente distinta a la de la época de su aprobación”. Por ello, proclamó, “deben ampliar sus contenidos para tratar mejor a una realidad tan diferenciada y a una ciudadanía que aspira a disfrutar, en igualdad de condiciones, las ventajas y oportunidades del siglo XXI”.

En el ecuador de la octava legislatura, Antonio Castro antepuso “el uso de la imaginación” al “empleo de los conocimientos”. Cargados de paciencia, los diputados fueron cómplices del ingenio del maestro de ceremonias cuando reclamó “un encaje propio de Canarias en los ámbitos estatal, europeo y en el de las regiones ultraperiféricas”. Eso sí, con “la generosidad inexcusable que se debe a una geografía y una población diferentes, pero también con toda justicia”. Desde su punto de vista, esas modificaciones son inaplazables. “No solo para conseguir un desenvolvimiento satisfactorio de nuestra convivencia y un desarrollo sostenible, acorde con nuestras singularidades, sino para aprovechar, en beneficio del Estado y de la propia Unión Europea, las ventajas de nuestra posición geoestratégica y de centralidad en esta área del Atlántico”.

Como quiera que la política no es una ciencia exacta, Castro invocó a Einstein para expresar una “inequívoca voluntad transformadora” al objeto de “evitar la desafección de sus verdaderos protagonistas: los depositarios de la soberanía popular”.

En sintonía con el pensamiento del físico alemán, Antonio Castro aseveró: “Sin crisis no hay desafíos y, sin desafíos, la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos”.

Consciente de que la ciudadanía está hasta el gorro, la máxima autoridad del órgano de representación marcó la pauta: “La política ha de mostrar su facultad integradora y procurar el encuentro de representantes públicos, sindicatos, empresas, colectivos profesionales y del conjunto de la sociedad civil, para acometer juntos la recuperación de nuestra economía y retomar el pulso de la calle”.

La ceremonia comenzó con una interpretación musical del cuarteto de cuerda Siroco previa a la proyección de un vídeo de homenaje a quienes han contribuido a crear energía a partir de ilusiones compartidas.

La convocatoria fue un éxito. Sonó el himno oficial de la Comunidad Autónoma (el Arrorró de Teobaldo Power) y nadie se durmió. Tampoco se sentó ninguna de sus señorías cuando sonaban los acordes nacionales.

Antes de que se debatiera la ley de turismo, los parlamentarios se colgaron la medalla.