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El Servicio Canario de Salud, condenado a pagar 600.000 euros a los padres de un niño con parálisis cerebral

   

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

“Es lamentable que ni siquiera se hayan dirigido a la familia para pedirles disculpas, a pesar de que no se trataba de un caso de riesgo y el terrible daño que han provocado”. Así habla José Antonio Betes, el letrado que representa al Defensor del Paciente en Canarias y que ha logrado derrotar en los tribunales a los servicios jurídicos de la Comunidad Autónoma y a los abogados de una aseguradora multinacional para que se reconozca que la mala praxis llevada a cabo en el Hospital Universitario de Canarias durante un parto provocó parálisis cerebral a un niño.

Ahora, esta decisión judicial es firme y condena al HUC y a la aseguradora en cuestión a indemnizar con 600.000 euros a la familia del afectado, dinero que, explica Betes, “irá a compensar los considerables gastos de atención que genera este paciente, que requiere una asistencia directa las 24 horas al día y los 365 días del año”.

La sentencia que nos ocupa está dictada por la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), y viene a ratificar una anterior, de junio de 2012, del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo Número 3 de Las Palmas de Gran Canaria.

Los hechos que en ella se relatan son que la madre del niño acudió al HUC minutos antes de las diez de la mañana del 6 de octubre de 2008, e “ingresó a los efectos de inducirle el parto al cumplir las 42 semanas de gestación, el cual se había desarrollado sin problema alguno, y con seguimiento controlado hasta ese momento, siendo informada de que no había paritorio libre y que le pasarían a planta para descansar y esperar dilatación suficiente”.

Sin embargo, al día siguiente continúa el problema de vacantes y, tras bajarla de planta a paritorio, “le colocan monitorización externa y la dejan en espera”.

Según continúa el relato del Defensor del Paciente, “a las 14.00 del día 7 de octubre de 2008, entró en el paritorio, y el matrón, después de un tacto le rompió la bolsa dejándola con monitorización interna y oxitocina por vía intravenosa. A continuación la cambiaron de posición y la dejaron sola, hasta que a las 16.50, una enfermera desde la ventanilla de la puerta, observa el monitor y avisa urgentemente al matrón, pues detecta un fallo, debiendo buscar un ecógrafo (no había ninguno en el paritorio) trasladándole precipitadamente a quirófano a las 17.20 para practicar una cesárea”.

Lamentablemente, el bebé nace a las 17.38 con problemas respiratorios, precisando reanimación e intubación, sufriendo una bradicardia fetal mantenida, que provocó la falta de oxigenación cerebral, encefalopatía y daños neurológicos.

Fue ingresado en la UCIN (unidad de cuidados intensivos), donde fue dado de alta a los 33 días del nacimiento, debiendo seguir tratamiento y ayuda de terceras personas de por vida, derivada de la falta de vigilancia en la monitorización, que aconsejaba acelerar el parto, produciéndose el daño cerebral del recién nacido”.

Estos daños son para siempre, ya que este tipo de enfermos, si bien pueden mejorar en alguna de sus funciones, no tienen cura conocida.

Lo peor es que, si bien tiene por política no publicitar sus casos hasta que tienen sentencia firme, Betes reconoce a este periódico que tramita en la actualidad otras dos demandas contra el Servicio Canario de Salud por sendos partos.