No quiero ser alarmista, pero si realista. La actual crisis económica en España, unida a la corrupción por parte de muchos políticos y sindicalistas siguen siendo sorpresivas y devastadoras.
Según escribe Carlos Bezosa, la economía se enfrenta a una realidad grave con un elevado desempleo, un déficit público que se dispara, una deuda pública creciente, y una penalización excesiva de los mercados.
La tesitura que se plantea ante esto en el contexto actual de la economía mundial es muy compleja y a la vez con escasas salidas. Se ha sufrido un deterioro y el no haber actuado con rapidez y contundencia en su momento hace que las cosas empeoren y sean cada vez más difíciles los recursos.
Por otro lado, y como muchas comunidades española, Canarias también siente los efectos de esa estrategia económica europea, donde Alemania sigue siendo la gran protagonista y beneficiada, pues no en vano Ángela Dorothea Merkel insiste en decirnos como tenemos que hacer los deberes. Por si fuera poco, la Margaret Thatcher, en versión española, Esperanza Aguirre, no le tiembla el pulso para presionar a su partido (PP) y presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, para que apruebe medidas más austeras y sangrantes.
De la misma manera, se puede hablar de crisis de escalas de valores y de una justicia dudosa para la sociedad española.
Con casi cuatrocientos mil parados, el Gobierno de Canarias se ve impotente para encontrar una vía que pueda calmar el dolor de miles de estómagos vacíos canarios vacíos. Por si fuera poco, casi 200.000 empleados isleños están a punto de quedarse sin convenios colectivos, motivando que todos esos contratos queden afectados directamente por la voraz y cruel reforma laboral del gobierno de Rajoy.
Del mismo modo, los sindicatos mayoritarios, que por cierto, están aplicando ERES como locos, donde uno de ellos lleva sin pagarles a sus asalariados hace cinco meses, se plantean convocar una huelga general contra el Gobierno canario. Los nuevos recortes por parte del gobierno central ponen en peligro la Sanidad Pública, la Educación y la Ley de Dependencia, entre otros sectores importantes de la sociedad canaria.
Miedo y desconfianza total es lo que en esto momentos embarga a la sociedad española ante un gobierno que no ha sabido construir lo que anteriormente destruyó Zapatero.