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Un vecino de Valle Gran Rey, imputado por envenenar 21 palmeras en La Gomera

   

PALMERAS MUERTAS EN LA GOMERA

Las palmeras afectadas en total son 121, especialmente en Guadá y por la Casa de la Seda; en el recuadro, la herida para infiltrar el herbicida. / DA

T. F. | Santa Cruz de Tenerife

Un vecino de Valle Gran Rey ha sido imputado por la Guardia Civil como autor de un delito medioambiental al entender que se trata del responsable del envenenamiento de un total de veintiún palmeras que se encuentran en su propiedad o limítrofe a la misma, según datos facilitados por la Oficina Periférica de Comunicación de la Comandancia provincial del Instituto Armado en la provincia tinerfeña. Los hechos que nos ocupan se remontan a poco después del terrible incendio que estuvo a punto de arrasar gran parte de la bella localidad gomera el pasado mes de agosto.

Las señales detectadas desde el primer momento en estas palmeras causaron gran preocupación dado que es uno de los símbolos más apreciados de este paisaje, y más cuando se descartó que estuviera relacionado con la acción del fuego.

Ahora, el trabajo coordinado entre efectivos del Destacamento del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) de San Sebastián de la Gomera y personal de Medio Ambiente del Cabildo Insular de La Gomera, ha confirmado que, en total, hay 121 palmeras envenenadas con herbicida.

Según se detalla en la nota enviada, “todas las palmeras presentaban unos orificios en sus troncos de unos dos centímetros de diámetro por el cual se introducían sustancias herbicidas lo que provoca la muerte paulatina de la palmera y con mayor virulencia inicial en sus cogollos”.

Sobre la causa de este afán destructivo, cabe apuntar que estas palmeras (palmeras Phoenix canariensis) son una especie protegida por medidas especiales contempladas en el decreto territorial 62/2006, de 16 de mayo, dictado por el Gobierno de Canarias, para favorecer la protección, conservación e identidad genética de la palmera canaria.

Así, la reglamentación referida impide hasta el uso de escarpines para trepar por una palmera a cuenta de las heridas que sufre el tronco, así que su presencia limita considerablemente el derecho a la explotación del terreno en el que se encuentra.

Las investigaciones continúan dado que no se descarta la imputación de otras personas por este caso.