Francisco Alcaraz, empresario turístico. / DA
JOSÉ L. CONDE | Arona
¿Cómo es el turismo ruso? ¿Qué demanda cuando viaja al Sur de Tenerife? ¿Cuánto se gasta realmente en sus viajes? ¿Todos los que vienen son ricos? ¿Estamos preparados para recibir a este nuevo segmento vacacional? Son muchas las incógnitas y, sobre todo, las leyendas urbanas que poco a poco han ido calando en la sociedad sobre estos visitantes que han llegado fundamentalmente a Arona, Adeje y Guía de Isora y en los que se ha visto una solución para recuperar los índices de ocupación en los hoteles.
Una de las personas que mejor conoce este segmento turístico es Francisco Alcaraz, quien llegó a Tenerife de manos de la cadena Meliá hace ya 25 años y hoy representa a varias empresas, la mayoría españolas, que le han otorgado su confianza para que promocione sus productos no solo en Rusia, sino también en Kazajistán, Ucrania y otros países del Este.
Cuenta Alcaraz a DIARIO DE AVISOS que estuvo en “el momento y el lugar oportuno y con los amigos adecuados”, para iniciarse en este mundo que ha derivado en la presidencia de una empresa con sede en San Petersburgo y con oficinas en Moscú dedicada al turismo.
“Infraestructuras como Siam Park o el Top Trainning T3 marcan la diferencia”
Recuerda que hace años se sentía como “el llanero solitario cuando en la cadena Meliá fue penetrando en este turismo ruso intentando básicamente segmentar los establecimientos hoteleros para que no se convirtieran en un monocultivo de una o de dos nacionalidades”.
El mismo día que se produce esta entrevista se celebra un almuerzo, organizado por el Foro de Amigos del Sur de Tenerife, donde el presidente de Ashotel, Jorge Marichal, anunció que en mayo el Sur de Tenerife había recibido el mismo número de turistas rusos que en todo el año anterior: 150.000 visitantes. “Esto quiere decir -afirma Alcaraz- que la cifra de los 300.000 está cada día más cercana de ser conseguida. Cuando uno oye esto se siente orgulloso de haber participado hace 15 años en aquel embrión de esta realidad”.
Aunque no es el momento de hablar de cifras, Alcaraz sí señala que la auténtica visión de futuro se encuentra en el potencial de crecimiento que tiene este sector. “Está clarísimo que cuando estás en Rusia ves lo que hay, participas con ellos, te das cuenta de la imagen idílica que tienen de nuestros país. España ha gozado de una simpatía,de una ventaja formidable, de buen nivel y que da prestigio social”, añade.
INMEJORABLE OPORTUNIDAD
Otra de las consideraciones que hay que tener en cuenta es que más de 35 millones de rusos han pasado sus vacaciones fuera del país. “Por tanto -dice Alcaraz- no cabe hablar de un país emergente sino de una realidad y, sobre todo, una inmejorable oportunidad”. Pero de esa cifra, más del 60% viajan a Cataluña, fundamentalmente porque “esta comunidad autónoma ha trabajado con consistencia e inversión, desde hace más de 20 años”.
El empresario piensa que “los catalanes no se han movido a impulsos, sino que han tenido una presencia activísima y diaria lo que genera simpatías a las personas, al producto y al destino”.
Uno de los puntos de inflexión fue “la construcción de Port Aventura, un parque de atracciones fabuloso donde podían ir las familias enteras, a cuatro horas de vuelo de Moscú que les hizo dejar al margen Disneylandia”.
En el Sur de Tenerife, por ejemplo, nos encontramos con dos infraestructuras que han sido claves como son el parque acuático Siam Park y el Top Trainning T 3, ambos en el municipio de Adeje, que agrupa la mayor planta hotelera de cuatro y cinco estrellas del país. Para Alcaraz “estos elementos son los que marcan la diferencia entre los diferentes destinos turísticos”.
“Para fidelizar el turismo ruso hay que trabajar con consistencia e inversión”
Cuando Francisco Alcaraz habla de los rusos se ve que les tiene un cariño y un reconocimiento especial. “Yo digo que si tengo diez amigos, la mitad son rusos. Me han demostrado una amistad y una fidelidad fuera de lo común”. Ahora lo que hay que hacer -dice- es fidelizar y ajustarse a las prioridades de un mercado en el que quizás nosotros no terminenos de entenderlo”.
Recuerda que el ruso tiene un refrán que traducido viene a decir algo así como “cuando se sale a pasear se pasea”, que quiere decir que cuando está de vacaciones es espléndido y no tiene miedo a gastar, pero también necesita que se le aprecie y se le de un poco de cariño.
“Ellos son amantes de la fruta, de los zumos, de las verduras y de los pescados, que en su país o son caros o escasos en los mercados. Además son defensores de la denominada mesa rusa, que no esperan entre plato y plato”, destaca.
Además son grandes lectores y aunque los jóvenes están cambiando los usos con Internet, siguen devorando los libros tradicionales. “Yo los definiría como consumidores natos de culturas”, señala el empresario, quien por último, dice que para atraerlos no hacen falta grandes campañas de publicidad sino priorizar y mejorar las ofertas de ocio, calidad en los hoteles y demostrar cercanía hacia esta población de tantos habitantes”.