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Bernardo – Por Nicolás Dorta

   

La importancia no solo informativa sino social que tiene DIARIO DE AVISOS en el Sur de Tenerife ha sido obra de Bernardo Morales, que acaba de fallecer. Los que aquí quedamos, José Luis Conde y el que escribe esta líneas, simplemente hemos cogido el testigo en tiempos nuevos e igual de inciertos, sobre un camino que hizo Bernardo. Pero no voy a destacar el papel clave que jugó el que fuera delegado del Sur en el crecimiento del periódico y su contribución social, porque otros seguramente lo harán mejor, sino el de una persona que en el fondo, a pesar de tener innumerables conocidos, por todas partes, vinculados al mundo de la política, la empresa, el periodismo, la gastronomía, la cultura, el deporte, el turismo, la banca, podía contar sus verdaderos amigos, como decía el, con los dedos de la mano. Bernardo era feliz rodeado de gente que tuviese algo que contar, era feliz comiendo, bebiendo y hablando. Pero en sus últimos años poco a poco las palabras se fueron marchando y las reuniones con las que él se sentía vivo también. Por eso ya no esta aquí.

Era un tipo duro cuando se lo proponía, capaz de provocar verdaderas tormentas en los ayuntamientos, pero detrás de esa personalidad arrolladora ofrecía su generosidad con los que tenía cerca.
Bernardo dejaba hablar a todo el mundo y sabía escuchar. Eso es algo clave en el periodismo, en ser un “periodista de pueblo”, como se calificó en el último homenaje que le periódico le hizo recientemente en esta comarca donde trabajó y vivió. En este acto volvía ser el mismo ante su audiencia, contando las anécdotas a su manera, con un sentido del humor que quizás fue su mejor antídoto ante el circo político del que era espectador. Esa noche, en la tarima, Bernardo recuperó el color y la alegría de estar en el mundo, luego se sentó, se acabó el acto, se fue a su casa, dos días después tropezó en una calle, lo ingresaron y permaneció en la habitación del hospital cuya ventana daba al parque García Sanabria. Así hasta “estos días nublados”, como me dijo el miércoles. Fue la última vez que lo ví. Subí a Santa Cruz al salir de un pleno en Arona y le comenté alguna cosa sobre el Ayuntamiento, pero Bernardo estaba ya lejos de lo que tanto le hizo feliz, poco parecía ya importarle lo que pasaba en este Sur que siempre lo recordará. Que descanses Bernardo.