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Fiscalías de EEUU piden medidas para frenar epidemia de robo de ‘smartphones’

   

EFE | Nueva York

Las fiscalías de Nueva York y San Francisco han impulsado esta semana el plan S.O.S.: Secure our Smartphones, por el que piden a los fabricantes de teléfonos inteligentes el diseño de un bloqueo eficiente que desmotive el alarmante aumento de los casos de robo de estos dispositivos.

Cada minuto se roban 113 teléfonos inteligentes o smartphones en Estados Unidos y el fiscal general del estado de Nueva York, Eric Schneiderman, y el fiscal de distrito de San Francisco, George Gascón, calificaron de “epidemia” estos asaltos, que han sufrido 1,6 millones de estadounidenses en 2012, con un coste de 30.000 millones de dólares a los consumidores.

“Es totalmente inaceptable que sucedan estos delitos que pueden y deben ser eliminados. Las empresas tecnológicas tienen la capacidad de que sus teléfonos inteligentes sean totalmente inútiles una vez robados, que se conviertan en papel mojado”, consideró Schneiderman en una declaración a la prensa.

“No queremos medidas que sean fácilmente superables por cualquier pirata informático. Queremos una solución que funcione de verdad”, añadió el fiscal general del estado de Nueva York.

Scheiderman y Gascón se reúnen este jueves con representantes de Apple, Google/Motorola, Samsung y Microsoft para apelar a la “obligación social y moral”, según Gascón, de las empresas tecnológicas para desarrollar un kill switch (un sistema que “mate” el teléfono) que desmotive a los ladrones y desarticule lo que Scheiderman definió como “una sofisticada red de reventa de estos dispositivos”.

La propuesta, que aglutina a fiscalías de varios estados, departamentos de policía, ayuntamientos y senadores de todo el país, fue rechazada hace seis meses por la industria tecnológica y ahora ha empezado a ser negociada en términos de colaboración.

En San Francisco, el 50 % de todos los robos son los este tipo de teléfonos

Además de la cuestión tecnológica, Secure our Smartphones trabaja en el análisis de los patrones, causas y tendencias detrás de estos delitos y el estudio de cómo el negocio de robo de dispositivo ha afectado a la toma de decisiones de la industria de los teléfonos inteligentes.

Gascón, también exjefe del departamento de Policía de San Francisco, hizo el símil con la situación que se produjo con las tarjetas de crédito en los años 90.

En 2012, el robo de teléfonos inteligentes aumentó un 40 % en Estados Unidos, y en San Francisco, el 50 % de todos los robos son los este tipo de aparatos.

“Además del robo material, estos delitos son la puerta a otros delitos, pues a través de estos teléfonos se puede acceder a información personal como número de cuentas bancarias”, por lo que se trata de algo que pone en peligro “la intimidad” y “la seguridad” del ciudadano, afirmó el fiscal de la ciudad californiana.

De acuerdo con la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos, el robo de teléfonos móviles representa del 30 a 40 % de todos los robos a nivel nacional y las ciudades con mayor índice de este tipo de delito sin Long Beach (California), Newark (Nueva Jersey) y Detroit (Michigan).

En la rueda de prensa de este jueves, Scheiderman y Gascón han estado acompañados del padre y la hermana de Megan Boken, la joven de 23 años que perdió la vida en manos de dos adolescentes de 18 años que quisieron robarle el móvil en San Luis (Misuri) el pasado agosto.

“Nos podría pasar a cualquiera de nosotros y a cualquiera de nuestros hijos. Las mentes que crearon estos teléfonos tienen la capacidad de crear también la manera de eliminar el incentivo para robar”, ha dicho Paul Boken, padre de Megan.

Schneiderman insistió en que “la colaboración es la primera opción para solucionarlo”, pero que, si la industria tecnológica no se muestra receptiva a ello, usarán “todas las herramientas que tengamos en nuestra caja de herramientas” para frenar estos delitos. “No vamos a dejar que el problema se solucione solo”, concluyó.