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Internet y redes sociales de vacaciones, ¿o no?

Colegio Nazaret plataforma educativa online para niños FiZZiKiD
Los alumnos del Colegio Nazaret utilizan la plataforma educativa online para niños FiZZiKiD. | MOISÉS PÉREZ

KIKE GARCÍA | Santa Cruz de Tenerife

Primeros días de junio. El tiempo veraniego indica que la estación estival está a punto de llegar al calendario. El calor, la luz del sol y los cielos despejados forman la combinación perfecta y la gente comienza a visitar las playas con asiduidad. En los colegios, los niños estudian los últimos temas de unos libros que, al principio de curso, parecían un trayecto hacia el infinito. Todos esperan con nervios las notas, aunque la mayoría ya saben si han aprobado o suspendido. Posiblemente, estos resultados marquen su destino en verano: los que han cosechado éxitos disfrutarán en plenitud de las vacaciones; los que hayan dejado trabajo pendiente, deberán culminarlo en verano.

Si por algo se caracteriza el fin de curso es por la tristeza que supone para los niños separarse de sus mejores amigos durante tres meses. En muchos casos, pierden el contacto absoluto y esto, aunque parezca una paradoja, provoca que al llegar agosto los menores ya deseen volver al colegio para hablar y jugar con sus compañeros. Sin embargo, las potencialidades de Internet han facilitado que los niños puedan interactuar con sus amigos pese a la distancia, gracias a unas herramientas que no descansan en verano, sino todo lo contrario, tienen más trabajo que nunca: las redes sociales.

Lejos de obligaciones académicas, la mayoría de los niños dispone al completo de todas las horas que conforman los días de verano. En ocasiones, no saben en qué ocupar el tiempo, y ante la duda, recurren a la opción más fácil y atractiva: Internet y las redes sociales. Recientes estudios confirman que los niños multiplican por cuatro su tiempo de conexión a Internet en verano. La ventaja de esta circunstancia es que los menores se pueden comunicar con sus amigos del colegio, fomentando así que no se pierda ese vínculo social y afectivo tan relevante, pero, al incrementar las horas de navegación por la Red, también se aumenta la exposición a determinados peligros, como el riesgo de interactuar con personas desconocidas.

Ante esta situación, las familias deben supervisar más que nunca la actividad de los menores en la Red. Las cifras así lo reclaman, ya que algunos estudios han demostrado que los niños pueden llegar a pasar hasta 16 horas diarias conectados a Internet. Es decir, prácticamente la integridad del día, si excluimos las ocho horas recomendadas de sueño. Esto se debe principalmente al incremento de dispositivos móviles (smartphones, tablets, iPad, etc.) desde los cuales los menores pueden acceder en cualquier parte a Internet, y especialmente a las redes sociales.

El gran problema reside en el desconocimiento de las familias hacia esta situación, ya que, en verano y por motivos laborales, los padres disponen de menos tiempo para estar con sus hijos y supervisar su actividad en la Red. Un alto porcentaje de expertos recomiendan el uso de plataformas con control parental para solucionar esta coyuntura. Esta herramienta de supervisión para las familias se incluye en numerosos espacios digitales, pero cabe destacar el dispuesto por la plataforma educativa online para niños FiZZiKiD. Su control parental permite a las familias acceder a información de lo que hace el menor en FiZZiKiD: actividades educativas en las que participa, tiempos de conexión, fotos subidas y notificaciones de las posibles conductas inadecuadas. El control parental es el primer paso para convertir a la red en un espacio seguro. Es un sistema de comunicación constante, activo y directo entre las familias y gestores pedagógicos. FiZZiKiD quiere que las familias se impliquen activamente en la educación científica y digital de los niños para que, juntos, definan las pautas básicas de una correcta y segura comunicación en Internet. Todo ello, respetando sus derechos a la intimidad, la privacidad y al secreto de sus comunicaciones.

Consejos

El verano también puede ser empleado por las familias como la excusa perfecta para planificar unas horas semanales para enseñar a los menores un uso responsable de la Red. En primer lugar, hay que instalar en los ordenadores las correspondientes herramientas de seguridad (antivirus, antispam, control parental, etc.), explicar a los niños su importancia y limitarles el tiempo de uso de Internet. Por otro lado, hay que explicarles que existen una serie de amenazas en Internet que es recomendable conocer para lograr evitarlas en la medida de lo posible. No descargar archivos sin consultar con un adulto y no visitar páginas con contenido inadecuado son dos de las pautas que se deben enseñar a los menores. En este sentido, una buena técnica puede ser invitar al menor a que busque por sí mismo páginas con temas que le interesen (deporte, música, cine, etc.) y ayudarle a distinguir qué páginas tienen contenidos fiables y cuáles no.

Por último, en cuanto al uso de redes sociales, es imprescindible que los adultos hagan ver a los menores la importancia de la privacidad, tanto la suya como la de personas ajenas. Así, deben conocer qué contenido se debe subir a la red y cuál no, así como aprender a identificar informaciones veraces de las erróneas.