Panda de desvergonzados – Por Ylka Tapia

¿Por qué algunas personas no tienen reparos a la hora de exhibirse en Internet? Dicen los especialistas que es un tema controvertido, porque los que no lo hacen los acusan de egotistas, con o sin razón. Sin embargo, la cuestión es más compleja de lo que parece y tiene, para variar, mucho que ver con la psicología. Un peculiar comportamiento en el que el sentimiento de anonimato -sorprende, pero en la era de las redes sociales aún se mantiene-, es una percepción ilusoria que, paradójicamente, se da más en el entorno real que en la Red. Cualquier enteradillo, de esos que gustan de husmear en los trapos sucios de los demás, puede saber desde dónde nos conectamos o si nuestro nombre, apellidos e incluso DNI figuran en los buscadores. A pesar de esta indefensión, algunos se muestran de manera indecorosa, soez o desvergonzada, creyéndose invisibles tras un smartphone o PC.

También los hay que están convencidos de que las reglas del mundo físico no son aplicables en el entorno digital; esto sí que es grave, estimados cibernautas. El presunto anonimato y las posibilidades creativas distorsionan nuestras reacciones digitales ante los demás. La falta de retroalimentación física es un factor condicionante; por ejemplo, cuando hablo con alguien, frente a frente, modulo mi discurso en función de sus emociones.

En la Red también ocurre, pero, según la respuesta del interlocutor, deformando el mensaje (y el uso de emoticonos no ayuda). Se pierde el miedo al castigo social, de ahí que muchos se expongan de manera totalmente inadecuada.

De igual modo, la omisión de ciertos aspectos sesga la imagen ofrecida que, salvo en el caso de los perfiles parodias, suele ser bastante cuidada de cara, principalmente, al ámbito laboral.

Y esto último sería lo más adecuado, teniendo en cuenta que un alto porcentaje de los jóvenes que pueblan Tuenti no encontrará trabajo en el futuro por lo que publican en sus perfiles (y general por la situación de este país). Si yo trabajara en un departamento de recursos humanos también escribiría el nombre y apellidos del entrevistado en Google; tengan en cuenta que el BOC es un auténtico patio de vecinas.