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Tetas – Por Perplejita Me Hallo

Con lo que daban de beca en efectivo en mi época, como mucho me habría dado para inflarme los pezones, con los desagradables resultados que eso hubiera tenido, pero jamás para aumentarme los pechos. Nunca supe de nadie que se gastara la beca en eso, pero sí de muchos que, como yo, se la pulieron en infringir la propiedad intelectual fotocopiando libros a mansalva.

Paloma Cervilla, periodista de ABC, ha interpretado esta semana el papel de polemista gratuita para distraer el foco de la brillante cabeza de Wert, dándonos grandes lecciones de periodismo. Por ejemplo, que lo que te cuenta una amiga que da clases en un instituto tiene valor estadístico. No cuestiones que una alumna de instituto necesita el permiso de sus padres para una operación así, ni hagas amago de preguntar “¿y en qué malgastan los varones sus becas?”, que parezca que solo las nenas son las manirrotas porque toda mujer ansía tetas nuevas.

A fuerza de evocaciones pectorales hemos perdido un poco de vista que nos encaminamos a un modelo de educación clasista y excluyente. Una beca no es un premio ni un regalo. Es una herramienta para que venir de un entorno pobre no te cierre las puertas a la educación superior.

No dejen que les convenzan de que los becados son privilegiados. Piensen que un alumno que no necesite la beca solo cubre con su matrícula el 25-30% del coste total del curso. Tenerle 10 años haciendo una carrera solo porque puede pagar la matrícula es donde está el despilfarro.