VICENTE PÉREZ | Santa Cruz de Tenerife
El estallido de la burbuja inmobiliaria ha desinflado el precio de la vivienda nueva en Canarias, hasta el punto de que hoy cuesta un 33,6% menos (a escala estatal el dato es del 36,9%), y acumularon en el primer semestre de este año un abaratamiento del 4,1%, según una encuesta elaborada la Sociedad de Tasación.
Una tendencia a la baja que aún continuará “un poco” en la segunda mitad de 2013 y también en 2014, cuando los precios se estabilizarán, de acuerdo con las previsiones de la Federación Provincial de Entidades de la Construcción (Fepeco), apuntadas ayer por su presidente, Antonio Plasencia, en declaraciones a DIARIO DE AVISOS.
A su juicio, la causa de que esta caída de valor aún no haya terminado está en que “los bancos tendrán que vender el stock”, incluyendo las viviendas que han transferido a la Sociedad de Gestión de Activos Inmobiliarios procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el llamado banco malo, creado por el Gobierno estatal para sanear las entidades financieras nacionalizadas y las que están en reestructuración o resolución.
La Sociedad de Tasación indica además que de enero a junio los precios han descendido un 5,6% en la provincia tinerfeña, y un 3,2% en la de Las Palmas, y que, en el último año, la caída es del 8% a escala regional. Los municipios donde el metro cuadrado construido es más barato son Arrecife (1.137 euros) y Arona (1.185), mientras que el más caro se vende en Las Palmas (1.494 ) y Puerto de la Cruz ( 1.480).
“El stock se acabará de vender en 2017”
El presidente de Fepeco, Antonio Plasencia, estima que el stock de viviendas actual se acabará de vender en 2017, por lo que será desde entonces cuando se podrá reactivar la construcción de nuevos inmuebles, y cuando “se estabilizarán los precios reales”.
Lo que es bueno para los compradores (el desplome de precios de los pisos) está siendo malo para los constructores: “Tenemos que aguantar a trancas y barrancas hasta que se liquiden las viviendas en stock”, subrayó Plasencia, quien recordó que para su sector la única esperanza a corto plazo, y dada la escasa inversión pública en infraestructuras, es la reforma de hoteles y de edificios residenciales al calor de la nueva Ley Turística y los planes públicos de vivienda.
El empresario tinerfeño enfatizó que “los promotores están ahora estrangulados” porque no pueden igualar los precios a que los bancos están vendiendo las viviendas que se han adjudicado, es decir, poco más de la mitad de su valor de tasación. En tales circunstancias del mercado inmobiliario, según señaló Plasencia, “no queda margen de ganancia para los promotores”, que ademas deben devolver los créditos bancarios.