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¿Encajes o prebendas? – Por Ramiro Cuende Tascón

   

No rehúyo, ni la verdad ni la vida, esta ultima me ha dicho que si la hubiera tratado con menos genética y más calma me hubiera ido distinto, ni mejor ni peor, de otra. Niego, por razones, el abuso, la humillación, y más.

El sábado pasado, tras leer a Zoé Valdés, quedé patidifuso con el tono y el caribeño calor de sus palabras, con relación al suceso del avión de don Evo, presidente Boliviano, in secuestrado por no llevar entre sus pasajeros al traidor Snowden -cuestión de criterio-, que nos está regalando un episodio tan cachondo como tonto. Ocurrencias calcos de los de la guerra fría, pero a lo Cantinflas, el bombero, solo consiguen que la frau Merkel se cite a ciegas con Mister Obama, se ponga flamenca y le cante un bolero. Baile de paellas.

Estos chascarrillos me tienen sin vivir en mí, duermo mal. Tanta sospecha, tanto espía y tamaña red vigilándolo todo me hacen sudar frío. Ya no sé si saben de mí lo que no he sido capaz de descubrir ni yo. ¿Sabrán esto o aquello, lo de las fotos picanticas o los chistes subidos?, ¿sabrán más que los de Montoro que saben de usted y de mí, más que de Luis el svenska del PePé?

Valientes cachondos, a estas alturas, y por esas alturas de las nubes planetarias, nos van a preocupar con lo que hagan con las fotitos y las ideas que llueven hacia arriba, o es que pensaban que no sabíamos de su existencia de toda la vida. Los que de verdad tienen cosas que esconder, al margen de la intimidad de cada cual han recuperado las palomas mensajeras por si se va la luz.

Otro baile de salón es el que se tiene Navarro con Rubalcaba, la pareja de al lado con el oído puesto, Susana y Griñán, el baile de la España que sigue sin poner al día las cuentas del 75. Es posible hasta un reino federal, lo que no me parece de recibo es que el federalismo del PSOE se deba al encaje catalán, y, a las cuatro contra constitucionales erres del PSC, a saber: requeté credo de la singular Cataluña, recursos económicos con un nuevo modelo de financiación basado en el principio de ordinalidad ¿ponderado?, representación territorial con un Senado que sirva para algo, y reglas competenciales que acaben con el actual conflicto entre el Estado y las autonomías, para todos igual, espero. Prebendas como la dignidad, el canonicato, la ración y otros, no, gracias ¡Cambiemos!
“No me niego a perder; niego tirar la toalla. Eso es lo que me hace: saber que he hecho todo lo que he podido y que, si he perdido, he perdido”. ¿Seré yo anti casi nada, o así? Saludable veraneo.