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Adasat: “Salí del infierno para ser campeón”

   

Adasat Rodríguez, entrevista

Adasat ‘El toro’ Rodríguez, campeón de España de boxeo del peso semipesado. / FRAN PALLERO

JUAN S. SÁNCHEZ | Santa Cruz de Tenerife

El arrepentimiento forma parte de la vida de Adasat Rodríguez Rojas (21 de enero de 1987). El púgil capitalino ahora es campeón de España del peso semipesado, aunque antes no tuvo una trayectoria cómoda. Su carrera delictiva ha quedado atrás, le atormentó durante mucho tiempo, pero en la actualidad es un hombre diferente, centrado en el deporte, con ganas de vivir una vida tranquila. Ya saldó su deuda con la sociedad, ahora le toca boxear y disfrutar del deporte, de su familia y de su gente.

-¿De dónde sale, ¿de dónde viene?, ¿quién es Adasat?

“Me he criado en un barrio chungo, que antiguamente lo era más y que ya no lo es tanto, Santa Clara. No tuve una infancia buena. Vengo de una familia humilde, fue pobre. Teníamos pocos recursos, no entraba mucho el dinero a casa y eso te lleva hacia el camino malo. Te unes con uno, con otro y terminas en la delincuencia. Por eso empecé desde muy pequeño a robar, un poco por necesidad, un poco por ignorancia, y ahí empecé a conocer los centros de menores”.

-Ha pasado por unos cuantos…

“Sí, entraba en uno, me fugaba; entraba en otro, me fugaba. No fue fácil, tuve una infancia y una adolescencia muy dura, muy complicada”.

-Lo que comenzó siendo un juego terminó convirtiéndose en un hábito…

“Sí, empecé a robar en tiendas, a robar coches… Todo lo que hace un delincuente y lo que hace la droga. Yo empecé por un cigarro y acabé metido en ella. He estado en todos los centros de Canarias y de todos me fugaba hasta que tuve un percance grande y me metieron definitivamente en un centro de menores, en Valle Tabares. A raíz de ahí me comí muchos años y puedo decir que de allí salí reformado y aquí me tienen, campeón de España de boxeo”.

-Esa estancia en los centros de menores no fue, ni mucho menos placentera…

“Para nada. Fue muy dura. Estaba siempre con peleas en los centros, pero también hice buenos amigos, sobre todo los educadores, que fueron los encargados de inculcarme que lo que estaba viviendo no era vida y que tendría que cambiar”.

-Su permanencia en Valle Tabares no sólo varió su forma de vida, sino que le cambió y le puso en el camino del deporte…

“Allí conocí a un amigo, Jonay Negrín, que hoy en día es el entrenador de Ibrahim López, al que siempre le estaré agradecido por todo lo que hizo allí por mí. Fue una de las personas que me inculcó el amor por el boxeo. Él y Esteban, otra persona muy importante en mi vida. Ellos fueron los que me dijeron que para estar peleándome así todo el día me dedicara a hacerlo por dinero, y con Jonay empecé a entrenar en el centro, el poquito tiempo que podíamos. Él me enseñó lo primero, porque yo no tenía ni idea de boxeo. Yo tendría 19 años y ya empezaba a tener permisos y cuando salía seguía teniendo conflictos en la calle, pero cuando volvía Jonay me seguía diciendo que me dedicara a boxear y que me olvidara de estar siempre peleando en la calle”.

-¿Y siguió su consejo?

“Sí, él me llevó al gimnasio Golden Pegasus, en Taco, donde entrenaba Ibrahim con Febles. Allí empecé a entrenar más fuerte, hice varias peleas en amateur, fui a los campeonatos de España amateur y quedé bronce. Pero seguía teniendo que ir al centro entrando y saliendo de permisos hasta que me dieron la libertad. Luego di el salto al profesionalismo con Febles, pero tuvimos diferencias y me fui con Manuel Povedano. Con Manuel hice una carrera excelente en profesional, con un gran récord, pero tuvimos problemas y nos separamos. Firmé con Maravillabox pero tampoco me fue muy bien con ellos y luego estuve con Carlos Formento, una gran persona a la que tengo mucho que agradecerle porque me ayudó mucho y me inculcó muchas cosas del boxeo con él tuve el primer Campeonato de España, el que perdí. Ahora he vuelto con mi entrenador, Manuel Povedano y mira, campeón de España”.

-Ha sido una trayectoria personal plagada de muchos errores, desde los sociales hasta los deportivos…

“Sí, ha habido muchos baches. Tampoco es que yo sea el responsable de todos los errores, hay mucha gente que tiene su responsabilidad, pero he ido superando esos baches y he logrado salir del infierno para poder ser campeón de España. Llegó mi hora y ahora a ver si tenemos algo más grande”.

-Ahora parece que todo se ha dado la vuelta después de tantos momentos delicados. ¿De todos esos momentos habrá aprendido muchas cosas?

“De todo se aprende y se pueden sacar conclusiones positivas. En lo malo también he tenido cosas positivas y en la calle también se aprende, te haces más duro. Ahora tengo resultados, he salido bien, tengo una buena chica, en breve voy a ser padre. Esta es la vida de Adasat, de venir de lo peor a haber llegado a donde estoy hoy en día. Hay que luchar para estar donde estoy ahora, una cosa es contarlo y otra cosa es vivirlo”.

-¿La vida le ha golpeado más fuerte que el boxeo?

“Siempre. Prefiero los golpes del boxeo. La vida te da bastantes palos”.

-¿Cómo se definiría ahora mismo?

“Me defino como un deportista, un atleta, humilde, respetuoso y deportista. Ya he pasado lo mío, ahora estoy en otra etapa de la vida. Estoy dispuesto a todo lo que sea dentro del deporte”.

Adasat Rodríguez, entrevista

“En lo malo también he tenido cosas positivas; en la calle también se aprende”, afirma. / F.P.

-¿Cómo fue el primer día que se subió a un ring?

“Tuve mi debut de amateur en unas condiciones malas. Yo estaba todavía en el centro de menores y entrenaba lo que podía con Febles, en el Golden Pegasus. Me daban permisos y podía ir al gimnasio. Yo quería pelear en el Pancho Camurria y de verdad que fue dura la sensación. Yo me quería tirar al ring, no quería seguir peleando, encima mi rival era Ruymán, que había sido campeón de España amateur. El combate estuvo muy bien y esa experiencia me enganchó y hasta hoy, no lo he podido dejar, el boxeo es algo que necesito porque me ha cambiado la vida. Yo no quería seguir peleando aquel día. En el primer asalto me quería ir. Ese día perdí pero luego hicimos una revancha en la que gané”.

-Hizo muy pocas peleas de amateur antes de aventurarse a dar el salto de profesional…

“Sí, apenas fueron 19 de las que perdí cinco, todas por puntos y en campeonatos de España, salvo la del debut. Pero me ofrecieron la oportunidad de debutar de profesional y no me lo pensé”.

-Y eso que el rival era Tito Gil, un hombre carismático, más experto y con una buena trayectoria…

“Sí, Tito era una referencia entonces, era de los mejores de aquí y yo quería estar entre los mejores. Era un rival atractivo y me puse esa meta y gané, creo que bien. Lo tiré bien en el primer asalto y fue como un choque entre estilos similares, los dos Tyson. Terminé con poco oxígeno, había más tensión, más nervios, siendo cabeza de cartel en el Pancho Camurria, pero al final todo salió bien”.

-Y entonces hay un cambio de rumbo, esas diferencias que usted nombra le hacen separarse de su entrenador y tomar rumbo hacia el Sur…

“Sí, encontré a Manuel Povedano y me fui a vivir al Sur. Se portaron muy bien conmigo, le dimos mucha caña al profesionalismo y conseguimos un récord muy bueno desde que empecé con ellos, ganando todas las peleas por KO. Me dieron un trato excelente y mucho cariño. Manuel entiende mucho a la gente. Es un educador, sabe lo que uno siente cuando estás triste, cuando no lo estás, él sabe estar ahí y sabe hablarte y motivarte”.

-Pero hubo un desencuentro después de la pelea con Ricky Pow que supuso la primera derrota de su carrera profesional…

“Nosotros queríamos pelear con Pow mucho antes de esa pelea y ellos no quisieron. Entonces seguimos nuestro camino porque nos esquivaron. Lo que pasó es que Pow peleaba con un rival al que yo le gané por KO en el primer asalto, Tulio Palhares y entonces se quedaron sin ese rival y me ofrecieron cubrir ese hueco. Yo de la emoción dije que sí. Estaba emocionado, me acababa de bajar del ring y lo que quería era pelear otra vez y aceptamos esa pelea casi a lo loco”.

-Y con pocas referencias de Pow…

“Sí, ni lo vi en video, sólo sabía que era alto y que pegaba duro, pero me di cuenta en Valencia, en la semana previa de esa pelea, en los Campeonatos de España amateur. Manuel era el seleccionador canario y tuvimos poco tiempo para entrenar. Sabía que me arriesgaba, que eran seis asaltos…, pero el culpable fui yo. Acepté la pelea, no estaba bien, ya Manuel y yo no estábamos bien y perdí por KO. Cuando llegamos a Tenerife hablamos y decidimos separarnos. Con el tiempo también me di cuenta de que fue otro error porque Manuel es mi entrenador, es mi estilo, el hombre que me entiende y que sabe cómo llevarme”.

-Llegó la oportunidad de Maravillabox y la experiencia no salió bien…

“Tuvimos varias conversaciones con Óscar Sánchez, que no me parece una mala persona ni mucho menos, pero él es de una forma y yo soy de otra forma. Yo estaba solo, sin entrenador y acabamos mal. Entonces estuve casi cinco meses sin pelear ni entrenar y me decidí a llamar a Ricardo Sánchez Atocha y me dio la oportunidad, hablamos y llegamos a un acuerdo para cerrar el contrato, pero seguía sin entrenador y como mi novia iba a estudiar a Las Palmas pues decidí irme con ella y empecé a entrenar con Carlos Formento, que se portó muy bien conmigo, tanto él como Ferino V y todo su equipo. Entonces fue cuando me salió la oportunidad del primer Campeonato de España contra Xesús Ferreiro”.

-Otra experiencia que no salió bien…

“Hice otro estilo de pelea. Me bloqueé. No sé si fue por la presión, de verme fuera, en Madrid, ante tanta gente. Hice otro estilo de pelea, sabía que iba a perder, pero aquel no era Adasat. Fue la primera vez que me eché para atrás, hice un estilo diferente, como a bailar en el ring. Formento me hablaba pero yo no le hacía caso. No arrancaba, me sentía perdedor. No caí porque encajo bien los golpes, pero estaba muy flojo de moral y lo que quería era que pasaran los asaltos”.

-Pensaba en que llegara una mano que lo cambiara todo…

“Ni siquiera eso. No estaba bien y no tenía confianza. Formento me decía que estuviera tranquilo que la mano iba a llegar, pero no tenía fuerzas para eso y de verdad que estaba bien entrenado, pero la estrategia la hice fatal y perdí”.

-¿Cómo surge de nuevo la oportunidad de regresar a la isla de Tenerife y reencontrarse con Manuel Povedano?

“Cuando volví de Las Palmas la gente del barrio me decía que por qué no llamaba a Povedano y volvía con él, que ya no era el toro. Yo lo pasé muy mal, moralmente estaba destruido, pero mis colegas me llevaron hasta el sur a hablar con Manuel y con Yadiana, su mujer. Hablé con ellos, llegamos a un acuerdo, empezamos de cero y con ellos he recuperado la moral. Esta vez manda Manuel, él entrena y si él dice que sí, es sí y si dice que no, es no”.

-¿Y la revancha con Ferreiro?

“Me llamó Atocha, yo estaba casi sin entrenar, pero me dijo que me había salido de nuevo la oportunidad del campeonato que si quería hacerlo. Llamé a Manuel y él me dijo que hasta que no me viera entrenar no iba a decir nada. Volví, entré el primer día y me dijo que me veía bien, que no había perdido nada. Y aceptamos la pelea, contra Ferreiro y en su casa. Me mentalicé tanto en recuperar mi estilo… Cuando volví al gimnasio era otro y Manuel me lo decía, me motivó y me entrenó muchísimo hasta que me dijo que ya era el toro otra vez. Me llenaba cuando me decía eso”.

-¿Y el que sube al ring en La Coruña sí que era Adasat?

“Totalmente. Desde el vestuario, desde que llegué al hotel, me notaba ganador. Manuel y Yadiana me lo decían, que se me veía ganador. Y eso con todo el mundo en tu contra, con dos mil personas en contra tuya más el rival. Pero yo estaba bien, muy agresivo y entré a boxear, a ganarle. Sabía que no lo iba a tirar porque Ferreiro es muy duro, la única posibilidad de tirarlo era al principio. Le metí manos muy duras pero lo aguantó todo. Gané clarísimo, en su casa”.

-¿Cuando acaba la pelea qué le dice Ferreiro?

“Nada en especial, sé que dijo en algunas entrevistas que se vio sorprendido porque no esperaba que yo saliera así. Yo sí me encontré al mismo Ferreiro con el que peleé en Madrid, él no encontró al mismo Adasat”.

-Ahora toca trabajar duro y esperar algo grande…

“Entrenar fuerte y estar preparado porque me pueden llamar en cualquier momento y hay que estar al cien por cien. Quiero más, ahora veo el cinturón de campeón y lo valoro porque me ha costado mucho, pero quiero algo más grande”.

-¿Con qué sueña? ¿En qué piensa cuando se levanta cada mañana para ir a correr o cuando sacrifica aspectos de su vida para dedicarlos al entrenamiento?

“Sólo pienso en el momento, en entrenar, en estar preparado, en vivir la realidad, siempre estando atento por si llega alguna oportunidad. Pienso en eso y en ver a mi hijo tocando el cinturón de campeón y sintiéndose orgulloso. Fue lo que pensé en el momento en el que me dieron el cinturón, en mi hijo, en mi novia, en todos los que me han querido y me han ayudado”.

“Yo nunca he retado a Ibrahim”

Hace algunos meses unas declaraciones de Adasat desataron una pequeña polémica con el campeón nacional del peso crucero, Ibrahim López, que el de Candelaria no quiso alimentar. “Yo quise decir que en un futuro estaba seguro de que una pelea con Ibrahim podía ser muy atractiva para la gente”, quiso aclarar Adasat para dejar cerrada esa herida. “Yo nunca he retado a Ibrahim y tampoco he retado a Campillo, sólo quise decir que sería un honor medirme con los mejores, pero no reté a nadie, lo que hizo Mustafá, por ejemplo, grabando un vídeo, sí que fue un reto”, explicó el campeón del peso semipesado, que afirmó que su relación personal con Ibrahim se enfrió. “Él fue mi compañero en el gimnasio y hemos tenido buena relación. Luego nos hemos distanciado mucho, pero que nadie se lo tome como un reto, aunque el día de mañana nos pueda interesar a los dos”, concluyó.