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Algo pasa en el Puerto de la Cruz (y II) – Por Nicolás González Lemus

   

Creo, amigo Enrique, que con las obras que apoyas te contradices tú mismo, cuando afirmas que “la modernidad no es destrucción del pasado, es actualización, mejora, reforma”. No es ni mejora ni reforma ni actualización ni rehabilitación: es simple y llanamente la destrucción de uno de los espacios públicos más admirados por naturales, extranjeros y visitantes. Con la nueva intervención a ejecutar en el paseo San Telmo confirma una vez más que se sigue por un camino de dudoso éxito.

He aquí (a modo de resumen) algunas de las actuaciones recientes con resultados pocos halagüeños: la construcción del Centro de Congreso del Taoro; las obras en la playa de Martiánez; la transformación de la avenida de Colón; la edificación del nuevo bar Dinámico y remodelación de la plaza del Charco; traslado del Casino del Taoro al Complejo Martiánez con la consecuente destrucción de la Sala Andrómeda, obra de César Manrique declarada BIC; transformación de la antigua construcción del Lido San Telmo en un salón de juegos tragaperras (adonde ha sido trasladado recientemente dicho casino por cierre del centro anterior, reducido ahora a solo dos mesas de juego); la deformación de la centenaria plazuela de Mequinez o plazoleta de Pérez Galdós, nombre con el que se conoce hoy; entre otras.

Todas estas intervenciones fueron realizadas por los técnicos que tú crees que son los únicos capaces de actuar y consideradas entonces necesarias para la modernidad de la ciudad. Y es más, ocho años después, aproximadamente, se ha decidido que lo realizado en algunas de ellas no estuvieron bien hechas y que habrá que emprender obras de nuevo en la playa Martiánez, plaza del Charco, bar Dinámico, Casino… a las más recientes ya les llegará la hora.

La vista del litoral de San Telmo desde la Punta del Viento con el paseo en primer plano, el bajío y el complejo de las piscinas de Martiánez encierran la mejor belleza paisajística de Puerto de la Cruz. Hoy por hoy es la mejor tarjeta postal de la ciudad, por ello se debe conservar, y de lo que se trata es de convertir muchos rincones de la ciudad antigua en las mejores tarjetas postales.

Por eso creo, sinceramente, que cuantas más obras como las proyectadas en San Telmo se sigan haciendo, más seguirán destruyendo lo poco que queda de interés histórico, y menos competitivo seguirá siendo el Puerto de la Cruz como destino turístico. Hay que avanzar en la sostenibilidad y los organismos encargados de velar por la mejora de la oferta turística de la ciudad, como al que tú perteneces, tienen la obligación de rescatar los lugares patrimoniales con los que aún cuenta el Puerto de la Cruz, porque son productos turísticos de promoción de primer orden. Todos los países -incluso aquéllos que sufrieron destrucciones en guerras-, se enorgullecen en mostrar hoy el perfil de sus ciudades antiguas (pavimentos de época, paseos, casas y rincones) como disfrute de los naturales y reclamos sugerentes para visitantes nacionales y extranjeros. Sin embargo, aquí, en lugar de realizar actuaciones para minimizar el escaso y dañado casco antiguo de la ciudad, hacen todo lo contrario, nuevas construcciones urbanas que revierten en una ciudad descafeinada, monótona, uniforme, sin personalidad, sin encanto, nada atractiva y con escasos espacios patrimoniales que ofrecer. Es el símbolo que, de seguir así, están imprimiendo a la ciudad.

Por eso, me permito aconsejar, por favor, hagan una concienzuda reflexionen sobre el modelo turístico que necesita el Puerto de la Cruz. En el Plan de Modernización, hay una gran cantidad de proyectos contemplados que no se sabe cómo se van a realizar y de dudosa necesidad. Obras en las calles Valois, Cupido, Cólogan, Quintana; transformación y renovación de las plazas del Charco y Europa; en la castigada playa Martiánez, en lugar de rescatarla como zona marítima de baño y ocio -como siempre ha sido- e integrarla en el conjunto urbano de la ciudad, se van a realizar obras, entre otras, para convertir las olas a una altura de cinco metros para potenciar la práctica del surf -competirá con los grandes centros costeros y aumentará la afluencia de turismo?-, etc., etc., etc.

Afirmas que no se puede mantener los brazos cruzados y dejar que el tren pase. En fin, yo lo que creo es que las autoridades locales no han estado ni están con los brazos cruzados porque no paran de invertir en obras -mal o bien- sobre todo en infraestructuras viarias, pero sí creo que han estado de brazos cruzados en algunos proyectos a largo plazo.

Sé que en el Plan de Modernización está contemplado la construcción de la nueva estación de guaguas, pero ¿no se debe reparar la dañada para no mantener la cosmopolita ciudad sin este indispensable servicio tantos años?; sé que está contemplado el viejo proyecto del auditorio en el Parque San Francisco, pero mientras tanto ¿se ha pensado en alquilar una sala, p.e. cine Chimisay, como auditorio para el turismo invernal?; sé que también se contempla la actuación en la playa de Martiánez -como he mencionado-, pero, aunque recientemente han derribado los bares y hecho limpieza superficial en la misma, ¿se puede tener tantos años abandonada y hecha un pedregal sin limpiarla, atenderla o dotarla de servicios mínimos para los bañistas? Y así podría seguir enumerando. Hay mayores necesidades de inversión y mucho más rentables desde la perspectiva turística que no se contemplan en el Plan de Modernización, ¡ah!, y, que conste, que se han puesto reiteradamente en conocimiento de las autoridades, por activa y por pasiva.
Un afectuoso saludo.