Cáritas delega en las parroquias la atención directa a 18.000 personas

La crisis ha elevado la tasa de pobreza en el Archipiélago. | F.P.

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Los continuos recortes que las distintas administraciones públicas han realizado en los últimos dos años han obligado a Cáritas Diocesana de Tenerife a redefinir su modelo asistencial, ya que cada vez son menos las ayudas que percibe de entidades como el Gobierno de Canarias o los cabildos insulares. De hecho, el tijeretazo ha provocado que la organización cierre tres de sus proyectos, lo que además ha supuesto el despido de ocho profesionales.

Por ello, como expone el subdirector de Cáritas en la provincia, José María Rivero, la entidad ha tenido que delegar en las parroquias la atención directa que brinda a los más necesitados. En concreto, Rivero asegura que en torno al 90% de los 19.000 usuarios de la institución -unos 18.000- son asistidos en las iglesias de la diócesis. En este sentido, el subdirector de Cáritas recuerda: “A partir de 2010, cuando ya llevábamos dos años terribles y un aumento de la demanda de ayudas, tuvimos que hacer un replanteamiento de nuestros objetivos, porque no teníamos la capacidad ni los recursos necesarios”. “Así, tuvimos que desarrollar otras acciones y buscar nuevos recursos, porque a pesar de la reducción de las ayudas de las administraciones públicas, estas siguen siendo nuestro eje principal”. No en vano, en torno al 56% del presupuesto de la organización proviene del Gobierno regional, los cabildos, el IRPF de la renta y fondos europeos. “El resto proceden de fondos propios”, agrega.