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Menos paro a cambio de peores sueldos – Por José Luis Gómez

   

El Gobierno no suele ser fiable cuando avanza previsiones económicas y cierra los presupuestos, de modo que también debe tomarse con cautela todo lo que anunció esta semana. Pero como tampoco hay datos alternativos, para tener una mínima orientación hay que prestarle atención. ¿Primer pronóstico del Ejecutivo? La salida de la recesión se producirá a finales de 2013 o comienzos de 2014. ¿Supone eso el final de la crisis? No. Al menos si entendemos por el final de la crisis la creación de empleo neto. De momento, lo que va a pasar es que la economía, en vez de ir a menos, se va a estancar o a crecer un poco. ¿Cuándo se creará empleo? Si bien a lo largo de 2014 ya podría empezar a crearse empleo neto en algunos trimestres, el Ejecutivo estima que será 2015 el primer año que registre un crecimiento interanual de esta variable. ¿La clave? El propio Gobierno reconoce en su letra pequeña que será gracias a “una importante moderación salarial”. Esto último -menos paro a cambio de peores sueldos- no lo cuenta Mariano Rajoy en el Telediario pero hay que reconocer que se lo deja escribir a sus funcionarios en la web del Ministerio de Economía. ¿Cómo anda España de ingresos y gastos? Algo mejor, pero todavía mal. Las administraciones registraron un déficit en 2012 -antes de anotar la partida del rescate de los bancos- equivalente al 7% del PIB, frente al déficit del 9% registrado en 2011. El mayor esfuerzo lo hicieron las comunidades autónomas. La Seguridad Social incluso fue a peor; es decir, aumentó su déficit, a diferencia del Gobierno, las autonomías y los ayuntamientos. ¿Y qué pasa con el dinero que se lleva la banca? De entrada, afea la foto. Si se incluyen las ayudas a las entidades de crédito, el déficit en 2012 alcanzó el 10,6%, más por tanto que en 2011 (9,4%). En 2013 los impuestos totales del Estado, incluyendo la participación de las autonomías y corporaciones locales en IRPF, IVA e impuestos especiales, crecerán un 4,8%, por mucho que digan que los impuestos no suben. Es más, los impuestos que gravan el gasto aumentarán casi un 10%.