X
salud >

Qué suerte vivir, ¿dónde?

   

carril bici

La gente que elige ir en bici es más feliz, así que ¡más carriles bici!. | DA

LEOCADIO MARTÍN | Santa Cruz de Tenerife

Derrumbando mitos es quizás lo que podíamos extraer del Informe Mundial sobre la Felicidad, de más de 156 páginas y presentado por las Naciones Unidas la pasada semana. España se sitúa en el puesto 38 de un total de 150 países. Eso y que la gente que elige ir en bici es más feliz podrían ser los dos titulares de la lectura. Pues bien, ya sabemos la solución. ¡Más carriles bici!

Ojalá todo fuese tan sencillo. En primer lugar, y quizás lo que más llame la atención de quienes vivimos en países soleados es encontrar en los primeros lugares de la lista a Dinamarca, Noruega, Suiza, Holanda y Suecia. Estos datos parecen contradecir lo que desde hace tiempo pensábamos. Los países del norte de Europa tenían una alta tasa de suicidios y su población mostraba clara tendencia a la depresión.

Este extenso estudio llevado a cabo por el Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y auspiciado por la Red de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas se desarrolló entre los años 2010 y 2012, examinando los niveles de felicidad de los ciudadanos del mundo. Utilizó criterios como bienestar, salud, libertad para tomar decisiones, apoyo en momentos difíciles, ausencia de corrupción y la generosidad de sus ciudadanos para medir este subjetivo nivel de felicidad de un determinado país.

El dinero tiene que ver

De acuerdo con este informe, podemos observar algunos temas comunes a los lugares felices de nuestro mundo. El dinero tiene que ver. Especialmente cómo se utiliza parece ser lo que determina la influencia de este factor en el nivel de felicidad de los ciudadanos.

Las naciones que están en primer lugar son lugares caros para vivir. Pero, y esto es realmente relevante, invierten mucho dinero en bienestar social y disfrutan de servicios de salud excelentes. No hay guerras en estos países o malaria. Y hay muy poca corrupción.

Por otro lado, como advierte el autor del estudio, Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia, la riqueza puede causar estrés y problemas en sí mismo. Así que a más dinero, más problemas. En la introducción del informe, Sachs cita la permanente actualización de la oferta de productos creando una necesidad incesante de consumo y de cambios provocados. Se utiliza una incesante maquinaria de publicidad, muy atractiva y creativa.

Sachs advierte que una industria que mueve billones de euros al año, esta incidiendo en la debilidad psicológica de los receptores, creando necesidades inconscientes que nos hacen sentir muy infelices. Esto ocurre tanto con información “mentalmente saludable” o todo lo contrario.

Tal estrés y desilusión puede explicar por qué la felicidad general de los (antes felices) países “desarrollados” ha disminuido, mientras que en los países latinoamericanos y el África subsahariana esta ocurriendo todo lo contrario.

Ser pobre en Europa puede ser particularmente duro. Bulgaria es miembro de la Unión Europea, pero es de lejos el más pobre y esta afectado por una corrupción endémica. Una encuesta reciente muestra como al menos el cinco por ciento de su población quiere abandonar el país.

El cociente de infelicidad de Bulgaria, que se recoge en la encuesta, coloca al país en un profundamente infeliz puesto 144, ¡detrás de Afganistán, Yemen o Irak! Incluso los habitantes de Zimbawe, con una tasa de inflación superior al 1.200 por cien durante la última década, están en el puesto 103.

El buen tiempo no tiene que ver con la felicidad. Olvidemos las palmeras y las playas cristalinas. Puede que esté bien para las vacaciones, pero un tiempo maravilloso no parece tener mucha influencia en nuestra felicidad diaria.

A excepción de Australia, en el puesto número 10, el resto de los puestos de honor (del 1 al 9), tienen duros inviernos. Islandia, por ejemplo, que desplaza a Australia del puesto número 9, apenas ve el sol. En contraste, Islas Mauricio, un fantástico destino de vacaciones para los ciudadanos del norte de Europa, se encuentra en el puesto 67 de la lista de la felicidad. Jamaica, destino paradisiaco en el Caribe, cae hasta el puesto 75.

La gente feliz va en bici -¡por qué quiere!-. Tanto Dinamarca como Holanda son famosos por su cultura de la bicicleta. Son países en los que este vehículo es utilizado ampliamente para desplazarse por sus ciudades, al igual que el resto del top ten de países felices. También China, la punta de lanza de los países emergentes, es conocida por su uso de la misma, pero no parece que a sus ciudadanos les guste hacerlo.

Cita el informe una frase escuchada en un popular show de la televisión de aquel país “antes lloraría en un BMW que reírme en una bicicleta”, pronunciada por una joven concursante del mismo. China no parece ser un país muy feliz, termina en el puesto 93, pero las ventas de BMW se han disparado un 53% en los primeros seis meses de este año.

La salud mental

El informe destaca que la salud mental es, sin duda, el determinante transnacional más importante de la felicidad individual. Aproximadamente el 10% de la población mundial está diagnosticada con ansiedad o depresión. Son la mayor causa única de incapacidad y de absentismo, con altos costes en miseria y gasto económico.

El tratamiento de estas dolencias es posible, resulta económico y tiene tasas de recuperación superiores al 50%. El ahorro que producen es más que evidente, a pesar de seguir estando a la cola de las preocupaciones de los responsables de la Sanidad. Independientemente del nivel de desarrollo del país que miremos, al menos dos tercios de los ciudadanos afectados por estos trastornos no acceden a tratamiento.

Por otro lado, en su capítulo 4, el informe recoge los enormes beneficios que produce el bienestar subjetivo a todos los niveles. Las personas emocionalmente felices, que están más contentas con su vida y que viven en comunidades positivas, alegres, están más sanas y son más productivas. El impacto, además, que su bienestar mental tiene en su familia, lugares de trabajo y comunidades donde vive o participa, redunda en beneficios para el conjunto de sus círculos sociales.

Merece una especial consideración cómo la corrupción a cualquier nivel puede provocar en el ciudadano una sensación de indefensión, de que haga lo que haga, otros siempre ganarán. Y la indefensión individual es el germen de la depresión, del desánimo social. El estudio también hace un interesante recorrido por los valores que se asocian a la felicidad, destacando los que hemos comentado al principio de este artículo y que podemos resumir en generosidad, honradez y libertad.

En una semana en la que hemos conocido otros informes que nos alertan de los efectos que las políticas de austeridad están teniendo en la salud mental, quizás sería pertinente pedirle a nuestros responsables políticos, un detallado estudio de este Informe de la Felicidad.

Como conclusión me quedo con lo que sugieren los autores de este estudio.

“El estudio, monitorización sistemática y análisis de la felicidad nos puede enseñar cómo mejorar eficientemente el bienestar de los habitantes de este mundo y su desarrollo sostenible”.