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La conexión saudí – Por Rafael Muñoz Abad

   

La detención en Libia de un dirigente de Al Qaeda, por unidades de élite norteamericanas representa el episodio más reciente de aquel aviso con el que los servicios secretos argelinos alertaron a la CIA acerca del caldo de cultivo islamista que se cocía en Afganistán a rebufo de la retirada soviética. ¿No hubo servicio de inteligencia occidental implicado, que no sopesase medir las consecuencias de que miles de mártires islámicos se dieran cita en Kabul? De aquellos barros estos lodos. Los muyahidines, a los que la CIA respaldó, armó con misiles Stinger y que incluso la Casa Blanca visitaron, degeneraron hacia el movimiento talibán y hasta los atentados de Kenia y Tanzania en 1998, nadie pareció preocuparse de lo que un tal Bin Laden pretendía. La violencia generada a resultas de la victoria del FIS aireó que entre los islamistas había veteranos argelinos de la yihad afgana, cuyos vuelos habían sido pagados por fortunas similares a la de Bin Laden y las órbitas de la monarquía saudí. La diáspora de veteranos “afganos” ayudó a desestabilizar Argelia y el norte de África; con el consiguiente avivamiento del extremismo islámico en Francia. El papelón de Arabia Saudí es maquiavélico. El supuesto aliado occidental financia el neo wahabbismo; vestíbulo filosófico de la interpretación más radical de las enseñanzas coránicas y partitura del integrismo islámico. La huella de Riad y su poder económico aparece detrás de algunas de las conexiones terroristas de mayor renombre; caso de la financiación de las camionetas Toyota de los talibanes; de los campos de reclutamiento sudaneses; o como responsable logístico del alistamiento y traslado de musulmanes de medio mundo para luchar en Afganistán y Bosnia. ¿Están las fortunas saudíes detrás de las ramificaciones de Al Qaeda en Libia, Somalia o recientemente en África occidental? Los estados destruidos, fallidos o frágiles, casos de Libia, Somalia, o Bissau, Malí y Sudán respectivamente, representan el hábitat ideal para que el terrorismo organizado se instale y reciba crédito haciéndose fuerte en un santuario desde el cual operar. Y uso el término santuario [físico], porque el ideológico ya vive acomodado en la península arábiga. Otro día hablaremos de la conexión libanesa en África.

Rafael Muñoz Abad CENTRO DE ESTUDIOS AFRICANOS DE LA ULL
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