Los días amanecen con el deseo de estar bien. El sol sale con la voluntad de brillar, es la nube la que se mete y hace gris la mañana, precipita y ensombrece las calles. El viento frío pone el resto para condenar una jornada espléndida. Nos levantamos con ganas de comernos el mundo. Luego se nos mete el nubarrón en la cabeza y no hay manera de remontar. Eso pensó mientras se acomodaba la chaqueta al salir de casa rumbo a la cafetería de la esquina. Acostumbra a desayunar ahí, es un lugar agradable y cálido. Suele sentarse en la mesa del rincón, un lugar estratégico desde donde abordar la vida del local. Es el perfecto mirador para un observador nato como él. Así pasa la mañana entre letras y conversaciones ajenas. De fondo música de los ochenta, traqueteo de cafeteras y platos.
Recoge y anota comportamientos. La gente pierde el sentido y enfrascados en su conversación olvidan que están un lugar público. No son conscientes de quién pueda estar escuchando. La camarera resulta invisible, dispensa el producto y ya nadie mira su cara, no se oye ni un gracias, es parte del mobiliario. Están en sus burbujas; alzan la voz, desvelan secretos, arreglan negocios, hacen comentarios imprudentes… La mayoría habla sin decir nada, solo se preocupan de su ombligo. Despliegan banalidades y se pavonean. Puro marketing. Él continúa tomando apuntes, quizás algún día tomen forma y escriba algo. Afuera empieza a llover y el viento arrastra alguna hoja.
El otoño ha llegado. Alza la vista y mientras observa la estampa se reconcilia con la naturaleza. Piensa que ojalá el frío y el agua se lleven la ponzoña que dejó el verano. Todo se ha recalentado y hay una quietud agonizante. Se han acostumbrado al hedor de lo corrompido. Apura el café y las últimas palabras surgen en su viejo cuaderno. Paga la cuenta y las primeras gotas acarician su cara. A su mente llegan versos de Lorca; “Dichosos los que nacen mariposas / o tienen luz de luna en su vestido. / ¡Dichosos los que cortan la rosa / y recogen el trigo! / ¡Dichososlos que dudan de la muerte / teniendo Paraíso, / y el aire que recorre lo que quiere /seguro de infinito!”. Respira hondo y se lanza a la calle. Hoy será un gran día.
@cesarmg78