Un viaje en tranvía, en guagua, o simplemente cuando estamos en un bar y echamos un vistazo a nuestro alrededor puede ser una experiencia única, si observamos lo que sucede en cada instante. Nos podemos encontrar con niños y niñas jugando, con personas mirando el móvil atendiendo a las redes sociales, gente charlando y mirando alrededor. Todos vivimos una misma realidad, pero nuestra atención es diferente, es decir, cada uno de nosotros tenemos una vivencia única de un mismo instante. Daniel Goleman en su última obra denominada Focus hace referencia a este concepto como un potencial a implementar en nuestra vida y que mejora nuestro bienestar.
La atención nos conecta con nuestro mundo, regula nuestros pensamientos y emociones modelando nuestra conciencia. Por así decirlo, es como una cámara que recoge la realidad en función de lo relevante y satisfactoria que es para nosotros una determinada situación, siempre que nosotros no lo hagamos conscientemente, definiendo de esa manera la realidad que queremos vivir en cada momento. Además, la atención se ve afectada, según plantean las diferentes investigaciones en el campo de las neurociencias, por la comprensión, el aprendizaje, nuestra memoria, las sensaciones y sobre todo por nuestras emociones. Por así decirlo, nuestras vivencias, nuestros pensamientos van a influir sobre lo que nos es interesante o no, pero además, nos van a desconectar de experiencias vitales, si las situaciones que vivimos están vinculadas con nuestras emociones. Por ejemplo, si estoy concentrado en una tarea y escucho que alguien pronuncia mi nombre, eso será suficiente para que mi atención cambie, ya que entran en juego mis emociones. Esto sucede constantemente. Es decir, nuestra realidad se transforma y está influida por nuestras vivencias, lo que focaliza nuestra vida en temas, en momentos, perdiéndonos la excelencia de vivir, siempre y cuando no modifiquemos nuestra capacidad de prestar atención a cada momento. En nuestra vida diaria podemos prestar atención a nuestro foco interno, lo que nos ayuda a conectar con nuestros valores y fortalezas internas, nos conecta con nuestras emociones.
Pero al mismo tiempo prestamos atención a nuestro mundo externo, los otros nos ayudan a potenciarnos como personas. Por esa razón es conveniente aprender a focalizar nuestra atención. Para ello es fundamental conocer nuestras emociones, y saber hacia dónde dirigimos nuestro foco atencional, ya que potenciará nuestro bienestar incrementando nuestra potencialidad para ser felices.
*PSICÓLOGO Y MIEMBRO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE PSICOLOGÍA POSITIVA
@jriveroperez