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Rajoy y Cataluña – Por Fermín Bocos

   

Frente al desafío explícito a la legalidad constitucional y vista la deriva secesionista emprendida por el presidente de la “Generalitat” de Cataluña, ¿qué debería hacer Mariano Rajoy? Es la pregunta que más se repite estos días en los círculos políticos madrileños. Es una pregunta que en ocasiones y según el interlocutor -también se escucha en boca de algún que otro dirigente popular- se hace acompañar de un reproche a lo que consideran exceso de pasividad del Presidente. El denuesto más repetido es que: “Rajoy se hace el don Tancredo”. Otros, en cambio, creen que acierta al no entrar al trapo de las provocaciones de Artur Mas y las de su portavoz, Francesc Homs. Quienes defienden la línea de “bajo perfil” adoptada por La Moncloa suelen apostillar sus argumentos con una verdad irrefutable: “Hasta hoy -dicen- Mas no ha hecho nada ilegal”. Es verdad. Mas quiere convocar una consulta, pero todavía no ha pasado de las musas al teatro y otro tanto sucede con la declaración unilateral de independencia que podría plantear el Parlamento de Cataluña y que, obvio es decirlo, a la luz de lo establecido por la Constitución, también sería un acto fuera de la ley. Pero, hasta la fecha, nada de eso se ha producido. Es verdad que las declaraciones y los gestos inamistosos se cuentan por días: desde anunciar que no aplicarán la nueva normativa que permitirá elevar el límite de velocidad a 130 kilómetros por hora, hasta reclutar a Otegi como “asesor epistolar” del “derecho a decidir”. Desde la perspectiva del resto de España todo esto resulta como poco antipático y provocador. Como lo es, desde luego, el incumplimiento de las sentencias del Supremo que equipara el castellano y el catalán en la enseñanza y de ahí nace la irritación de quienes le reprochan a Rajoy un pasotismo que no es tal. Nos consta que son muchos y variados los contactos impulsados desde La Moncloa para intentar tender puentes con la “Generalitat”. En Barcelona han faltado voces de políticos y medios de comunicación defendiendo la idea de una España como legado histórico común, de una España constitucional -mientras TV3 lleva treinta años remando a favor del soberanismo, TVE estaba en Babia- pero ese ha sido un error fruto del cálculo cortoplacista de PSOE y PP que miraban para otra parte porque necesitaban los votos de CiU. Todo esto es leche derramada. Ahora lo que cuenta ya no es el diagnóstico. Lo importante es el tratamiento. La solución solo puede venir del cumplimiento estricto de la ley. Tengo para mí que ese es el guion de Rajoy.