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“Si pasa una desgracia en Teno, sé que tendríamos que explicarnos ante un juez”

   

José Luis Delgado, consejero de Carreteras del Cabildo de Tenerife. | J. G.

José Luis Delgado,
consejero de Carreteras del Cabildo de Tenerife. | J. G.

LUIS F. FEBLES | Puerto de la Cruz
Foto: JAVIER GANIVET

Sus antecesores en el cargo no pudieron hacer frente a una de las decisiones más urgentes y complicadas de las últimas dos décadas: solucionar los problemas en la carretera de Punta de Teno. Con el compromiso que comporta la palabra dada, José Luis Delgado (PSOE) confía en abrir la vía una vez concluidas las obras de mejora y seguridad estimadas en seis meses. Con meridiana claridad explica que ha tomado una determinación “por responsabilidad” y amparada en un informe jurídico que califica de “contundente”.

-¿En qué estado se encuentra actualmente el ritmo de las actuaciones de mejora en la carretera de Punta de Teno?
“Ahora se está calculando la iluminación, además de determinarse cuestiones relacionadas con la altura del túnel. La semana que viene empezaremos a lanzar las piedras más peligrosas. Hemos reservado 700.000 euros para los trabajos antes de terminar el año, y entre enero y febrero pondremos las barreras dinámicas a la salida del túnel, que es la parte mas complicada. Lo que podemos acometer de obra estará hecho en seis meses”.

-¿Cuál es la inversión insular para la intervención en la vía?
“En total, 1.700.000 euros. Hasta final de año destinamos 700.000 euros y el año que viene 1.000.000 más. No obstante, la carretera se podría llevar 9 millones de euros, pero hay que priorizar y realizar inversiones racionales en cada momento. En definitiva, un término medio”.

-¿Cómo le explica a los ciudadanos que el Cabildo, conocedor de su peligro, permitiera durante tantos años la circulación por una carretera que podría ser mortal?
“No me gusta valorar a mis antecesores, pero lo cierto es que en 1998 existía un informe que daba cuenta de la peligrosidad de la vía, aunque se tuvo que dejar aparcado por la falta de recursos económicos. Era necesario tomar una decisión. Desde que me llega la notificación de diferentes derrumbes y me comentan que es prioritario solucionar los baches de la vía, discrepé y entendí que el verdadero problema estaba en la inestabilidad del macizo. Es en este punto donde está la clave”.

-En cuanto a la decisión de dejar cruzar la valla giratoria exclusivamente a los trabajadores. ¿No considera que estos no están exentos de poder sufrir también la caída de una roca o cualquier otro accidente grave?
“Cerrar este tramo era lo que indicaban todos los expedientes. Opté por una decisión bajo mi responsabilidad, que fuera de tipo salomónico. La idea es reducir el número de personas que se sometían a riesgo y a las personas que exponía era por una causa razonable. En el caso de que ocurriera una desgracia, tendríamos que dar muchas explicaciones ante un juez. Sé que si un magistrado me llama, tendré que exponerle las aclaraciones que moralmente me han llevado a tomar esta determinación, y espero que lo entienda”.

-¿Se podrían financiar los 15 millones que supone la solución definitiva a este espacio mediante el cobro de un impuesto a los turistas que visitan Punta de Teno?
“No es viable desde el punto de vista legal. Punta de Teno es una carretera pública que fue cedida por dos personas relevantes en la sociedad tinerfeña. Una de ellas, puso como condición que la carretera fuera pública y no privada. Por lo tanto, el Estado la mantiene; no me parece razonable que se cobre dado que los ciudadanos pagan ya muchos impuestos”.

-Tilda el informe de “determinante, claro y contundente”. ¿Cuántos desprendimientos han tenido lugar desde que es responsable insular de Carreteras?
“Anualmente hay muchísimas incidencias y tengo varios expedientes que reflejan esa situación. El problema de la vía está tan imbricado en la sociedad que los ciudadanos no son conscientes del peligro que corren pasando por allí, ya que les parece normal. Pero se juegan la vida. Según me comentan los más viejos del lugar, hasta los años 70 los propietarios de las fincas ordenaban a sus jornaleros tirar las piedras que presentaban riesgos de caer. Esto reafirma que hacemos lo correcto”.

-Se le ha llegado a acusar de improvisación en las actuaciones para la zona. El alcalde de Buenavista, Antonio González Fortes, valoró su predisposición, pero criticó la falta de previsión. ¿Por qué considera que se le ha juzgado así?
“Es todo lo contrario. Hay momentos en los que es conveniente actuar y no hablar. Si en esta obra nos ponemos a hacer estudios y proyectos nos tiramos ocho meses de papeleo y de cierre de carretera; todo, mientras los vecinos piden que pongamos soluciones sobre la mesa”.