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Sorpresa escénica – Por Ramiro Cuende Tascón

Como le iba diciendo, el pasado martes día veintidós escribía sobre la práctica de juzgar el trabajo de los demás. No fue raso vivirlo, tres días intensísimos; miedos, sorpresas y alegrías. No puedo olvidar a las estrellas del jurado. Julius Bienert -22 minutos en Canal Cocina-, Carlos Pérez -Hotel Princesa Yayza en Lanzarote- y, mi buen amigo Jesús González -hoy en el Hotel La Madriguera en Tenerife, mientras El Duende duerme-, fueron el jurado técnico. Una delicia, tenerlos cerca, sabios, generosos y atentos a manos llenas. Julius puso las delicias, con todos y en todo momento; niños, mayores y chavalas. Un tío amable que no paró y, si paraba Marrero lo ageitaba. Hicieron un buen tándem. Las otras dos bicis fueron para Carlos y Jesús, expertos y profesionales cocineros que demostraron maestría y mejor juicio, no paraban de aquí para allá, miraban, comentaban y enseñaban. Con personas así se aprende disfrutando.

La otra estrella del campeonato fue una tal Pagrus auriga, la oblonga y bandeada sama roquera, del género de los pargos, un espárido, familia a la que pertenecen, entre otros, la dorada, y el sargo. Se les entregó en el supermercado de El Corte Inglés ¡sorpresa! Esperaban morena canaria o negra, además de, treinta euros para comprar aditamentos. Esta parte sorprendió a todos, un total acierto. Indudablemente, el placer gastronómico nace en el mercado. El género, en esto, es clave. La segunda fase, otra sorpresa, se les dio a todos una caja a modo de cotillón, veintitrés productos iguales para los diez, pulpo, pollo y vacío, los tres básicos del segundo plato. Esta segunda parte me pareció más compleja, tres productos de mejunje incierto, que hubieron de ser cocinados al libre albedrío de cada cocinera -2- o cocinero -8-, las estrellas del certamen. Cocineros y ayudantes, profesores y alumnos, calderos y menaje, sabios y legos. Nervios y sudor, tensión e ilusión, sorpresa y respuesta. Y, el público pendiente, mirando a los suyos y a los nuestros, al fin y a la postre, un arrope caliente para un campeonato serio. Otro premio, “Maridaje con cerveza Mahou” lo ganó Francisco Coque Peña, que también fue segundo en el Absoluto de Cocineros, en el que una genial cocinera llamada Kimberly Domínguez Hernández fue tercera. Palabras, diplomas, premios, felicitaciones, alegrías, aplausos, risas, gestos… Al final, se apagó la luz hasta el año que viene si la vida quiere, corrijo, hasta mañana entre jamones…