Se habla y mucho en estos momentos sobre la situación del transporte aéreo en nuestro PaÃs. Prácticamente cuando acudimos a las hemerotecas y vemos la cantidad de aerolÃneas españolas desaparecidas, podemos leer los nombres de esas empresas. Los juicios que se hacen no van más allá que los balances de situación, y analizamos los números que por cierto son frÃos, en cambio olvidamos analizar a las personas que han estado en ellas, en sus consejos de administración.
En casi todas mucho antes de llegar a situaciones limites se han producido traiciones que han hecho imposible estabilizarlas porque a los traidores no les convenÃa.
Es fácil en esta vida esquivar la lanza, más no el puñal oculto. De esto tengo un recuerdo imborrable en empresas como Centennial, Air Madrid o Airclass.
Personajes que han traicionado, destruyendo empresas y hoy siguen escondidos y algunos llevando sus negocios sin que nadie haya levantado un dedo por señalarles.
A la conclusión que he llegado es que cada hombre debe mantener un cementerio de tamaño justo para enterrar las faltas de sus amigos y enemigos.