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El aumento de litigios reabrirá el punto de encuentro familiar de La Orotava

   

CENTRO DE FAMILIA punto de encuentro LAS VEREDILLAS Santa Cruz

El punto de encuentro es el único lugar de contacto con sus hijos para muchos progenitores. / DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Líder destacada en cuanto al número de disoluciones matrimoniales y litigios conyugales (con casi tres rupturas por cada 1.000 habitantes), Canarias lleva décadas al frente de esta singular estadística, siendo ahora la provincia de Santa Cruz de Tenerife la que registra más divorcios en el Archipiélago (2.872 el año pasado). Ello teniendo en cuenta además que la adscripción de nulidades, separaciones y divorcios a una determinada comunidad autónoma se realiza en función de la situación del órgano judicial que dicta la sentencia y no del lugar de residencia o de nacimiento de los cónyuges.

Bajo estas premisas, la Consejería de Presidencia y Justicia se ha visto obligada a reabrir el punto de encuentro familiar de La Orotava, que tuvo que ser cerrado tras ser anuladas dos partidas de 42.000 y 67.000 euros destinadas al mantenimiento del mismo. Esta circunstancia, unida al recorte presupuestario que sufrió el Centro de la Familia de Santa Cruz, dejó durante meses a Canarias con una única instalación de estas características, para atender a todas las familias que durante o después del proceso de separación tienen dificultades para mantener la relación entre ellas.

Ahora, según consta en las prioridades de gastos de Justicia del Ejecutivo autonómico para el próximo ejercicio, se dará un nuevo “impulso” a este servicio, lo que permitirá reabrir el referido punto de encuentro familiar de La Orotava -cofinanciado con el Cabildo- e iniciar la actividad en Arrecife (Lanzarote), lo que hará que las Islas vuelvan a contar con los cuatro centros que había hace dos años.

A la espera de conocer el presupuesto definitivo que tendrán estos puntos de encuentro -cuyo mantenimiento está cifrado en unos 100.000 euros al año-, desde la Consejería de Presidencia y Justicia explicaron que se trata de centros “que garantizan la seguridad y el bienestar del menor, y constituyen una alternativa de intervención temporal orientada a la normalización del régimen de visitas”.

En el caso de La Orotava, hasta su cierre se asistía a unas 30 familias, que suponían una media de 80 visitas al mes y cerca de 2.000 personas atendidas al año. En total, en los dos centros ubicados en la provincia de Santa Cruz de Tenerife se asistía a más de 200 familias y unos 250 menores de edad.

La espera en el Centro de Atención a la Familia de Las Veredillas supera los seis meses


Como publicó este periódico, el cierre del recurso orotavense provocó un “colapso” en el Centro de Atención a la Familia de Las Veredillas, donde hay cerca de 90 familias en activo y más de 30 en una lista de espera que se puede alargar más de seis meses. “Cerrar los puntos de encuentro supone vulnerar derechos esenciales, porque la propia Constitución y la Convención de Derechos del Niño de la ONU exigen que los menores se relacionen con sus padres”, manifestó al DIARIO el director del punto de encuentro santacrucero, Raimundo Moreno. “En muchos casos, al tratarse de familias desestructuradas o con problemas judiciales, el punto de encuentro es el único lugar donde pueden verse”, aseveró Moreno, que criticó que Canarias sea una de las pocas comunidades que no tiene una ley específica que regule los puntos de encuentro”.

Algunas claves

¿Qué son los puntos de encuentro? Se trata de centros que garantizan la seguridad y el bienestar del menor, y constituyen una alternativa de intervención temporal orientada a la normalización del régimen de visitas, hasta que desaparezcan las circunstancias que motivaron la necesidad de este recurso o que los progenitores asuman sus responsabilidades a la hora de cumplir acuerdos relativos al régimen de comunicación o estancia.

¿A quién se dirigen? Van destinados a familias que durante o después del proceso de separación tienen dificultades para mantener la relación entre ellas; o bien cuando las circunstancias personales del progenitor no custodio aconsejan la supervisión de estos encuentros; o cuando el progenitor que tiene la custodia se opone a facilitar la relación del niño con el otro progenitor. También están pensados para hijos separados de sus padres con medida de protección de acogimiento.

¿Cómo funcionan? Todos los casos atendidos en el punto de encuentro familiar son derivados de los juzgados a través de una resolución judicial. Una vez remitida, desde el servicio se procede a realizar una entrevista a las partes implicadas y a los menores, para conocer las peculiaridades del caso y el conflicto por el que han sido derivados. Una vez recibido y estudiado el protocolo de derivación, se da comienzo al régimen de visitas, que puede ser supervisado en el servicio o sin supervisión.