TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife
El joven fenómeno Magnus Carlsen ya está en el Olimpo de los dioses de las 64 casillas después de que unas luchadÃsimas tablas le otorgase ayer el medio punto que le faltaba para destronar a Viswanathan Anand, uno de los grandes de los dos últimos decenios que tiene en sus vitrinas hasta cinco entorchados mundialistas. Sin embargo, Carlsen está llamado a un escalón superior al que sólo han llegado figuras como Robert Bobby Fischer, Gari Kaspárov y Anatoli Kárpov desde 1970 hasta hoy.
Este noruego, paÃs sin especial tradición hasta su irrupción, logró ser Gran Maestro Internacional con 12 años y ahora, con 22, iguala la edad en que Kaspárov llegó a la cúspide, aunque aún resta por ver si Carlsen (como bien reflexionaba Leontxo GarcÃa en la entrevista concedida a nuestro periódico el lunes pasado) también asombra al mundo siendo el mejor durante veinte años seguidos.
Otro dato que remarca lo especial de Carlsen, que ha salido invicto de su duelo con Anand tras tres victorias y siete tablas, es el hecho de que se trata del primer campeón que pertenece a la generación de los ajedrecistas nacidos tras el boom de los ordenadores, capaces de calcular millones de jugadas en pocos instantes. Si bien el noruego dista de ser un apasionado de las lÃneas teóricas más conocidas (en realidad, procura alejarse), su estilo es terriblemente minucioso y exacto, al punto que su marca de la casa es exprimir posiciones aparentemente inocuas para los demás.