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Los turrones también se visten de largo

   

TURRONES MARIBEL

Maribel López (centro) y sus tres hijas, Teresa, Pilar y Mary, se lanzan a una nueva aventura y ofrecen al público dos nuevos productos. | MOISÉS PÉREZ

GABRIELA GULESSERIAN | Tacoronte

“El turrón no es un dulce, sino un alimento que le brinda al ser humano el 50% de los nutrientes que necesita por las materias primas con las que se elabora”, sostienen Teresa, Mary y Pilar, las tres hijas de Maribel López, el nombre que le da la razón de ser a la empresa familiar. Provienen de familias turroneras por parte de padre y madre y eso las ha llevado a que la actividad que iniciaron sus bisabuelos se haya convertido en un éxito.

El trabajo no ha sido fácil, ya que sacrifican muchos fines de semana con el fin de acudir a ferias y eventos y se levantan muy temprano para poder elaborar artesanalmente y cocinar a leña las diversas variedades que luego ofrecen al público.

La buena acogida durante más de 50 años no les ha impedido investigar y probar recetas nuevas. Su curiosidad, inquietud, y el hecho de ser críticas con su trabajo, que intentan mejorar cada día, las ha llevado a lanzar dos nuevos productos que se comercializarán solo en Navidad: un turrón elaborado exclusivamente con almendra molida y los clásicos polvores, que fueron presentados el pasado jueves en un original acto en la Casa de la Cultura de Tacoronte, su municipio, al que quisieron agradecerle tantos años de apoyo. La ocasión sirvió para degustar, además, el vino de Bodegas Guayonge, una empresa también familiar con cuyos integrantes las une una amistad de muchos años. La puesta de largo se repitió ayer en un local de La Laguna.

Para elaborar estos nuevos productos, que se suman a sus variedades más clásicas, -el redondo de 32 almendras, el de chocolate con almendra tostada y las piñas de almendras y nueces- estuvieron varios meses. Primero, buscando recetas y luego haciendo pruebas interminables hasta dar con la consistencia adecuada, que es el principal secreto del turrón.

Así, lo que empezó por casualidad gracias a una invitación en Facebook, se convirtió en pocos días en todo un éxito, ya que el turrón, al ser elaborado con almendra marcona tostada sin piel, azúcar glas y un toque de limón y canela, pueden comerlo las personas celíacas porque no tiene gluten.

Su próximo reto es hacer uno sin azúcar debido a que muchos integrantes de la familia, paradojas de la vida, son diabéticos. Una enfermedad que no les ha obstaculizado su trabajo sino todo lo contrario.