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Las dos Españas y el inquilino – Por Andrés Aberasturi

Se nos va el nefasto 2013 -que Dios Nuestro Señor confunda- y es hora, como siempre en estas fechas, de hacer balance, cada cual desde su trinchera y el Rey, que en estos casos, predica en el desierto de su papel constitucional. Rajoy habló primero y hasta se dejó preguntar -que no es lo mismo que querer responder- en la tradicional rueda de prensa. Y el presidente salió a vender sus productos más frescos, el adiós a la recesión y las buenas perspectivas para el futuro. No se le puede negar esa realidad aunque cabe preguntarse qué hubiera pasado si los ajustes hubieran sido otros o incluso no hubieran sido. Empezó agradeciendo don Mariano la comprensión, sentido común, responsabilidad y coraje de todos los españoles para afrontar el final de esta etapa. Y aunque es de agradecer ese agradecimiento yo hubiera levantado la mano para advertirle de que al ciudadano no le queda otra y con las mareas de todos los colores que se pasean por media España un día sí y otro también, tal vez cuando el presidente hablaba del “coraje” se refería más a la segunda acepción de la palabra: irritación, ira. Pero esto es lo que hay y solo queda confiar en que, efectivamente, 2014 sea el año de la recuperación económica en lo macro pero también en lo que cada día vivimos los ciudadanos. Sobre otros asuntos Rajoy apenas dijo nada e hizo bien porque era su rueda prensa: de puntillas sobre Bárcenas, casi de puntillas sobre la reforma de la ley del aborto y lo de siempre en el tema catalán. Su visión al final pretendió ser optimista con moderación y lo cierto es que, en economía, las previsiones le son favorables aunque la cosa no sea para tirar no ya cohetes sino ni siquiera petardos. Pero algo es. Y cruzamos de acera y oímos a Rubalcaba que viene a ser la otra España, la de la oposición ensombreciendo, como es natural, todo el cuadro luminoso de Rajoy. El tendido de sol y el de sombra. Solana y Sorolla. Para el aún líder del PSOE éste ha sido el año en el que España “ha recuperado la desigualdad y la falta de libertad”, el año de las tres crisis: la económica y social, la política y la territorial y asegura que no habrá recuperación mientras haya parados. No sólo no ha dejado una puerta abierta sino que está dispuesto y anuncia que “lo que han hecho (los del PP) lo derogaremos en la siguiente legislatura”. Es lo bueno que tiene este país: la seguridad que ofrecen sus partidos. Y si con las dos Españas no tuviéramos suficiente, ahora nos llega el inquilino maltratado según se reconoce Artur Mas en la prensa italiana. Y uno se va dejando los ojos en los libros de Historia serios y no termina de descubrir cuando empezó, de verdad, ese inquilinato; pero tampoco es cosa de insistir una vez más en la diferencia entre la Historia como ciencia y la historia como pasión. Es una pena, pero los hechos son los hechos y por más propaganda que se haga no van a cambiar.