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Francisco Pozo: “El diálogo social ha evitado muchos conflictos en Canarias”

   

Francisco Pozo/ DA

Francisco Pozo/ DA

M. H. L. | Santa Cruz de Tenerife

El diálogo social es un elemento básico en las relaciones laborales y en momentos de crisis se convierte en una palanca para la recuperación económica. Así lo creen sindicalistas como Francisco Pozo (CC.OO.), que valora la participación y la concertación.

-¿Qué papel desempeña el diálogo social en el actual contexto de crisis económica?

“El diálogo social se basa en el principio de la democracia participativa, concepto acuñado después de la segunda guerra mundial y su objeto es llegar a acuerdos entre el Gobierno y los agentes sociales (patronales y sindicatos), con el propósito de buscar soluciones conjuntas a los problemas sociales. En épocas de crisis, como la actual, con graves problemas por resolver, como el empleo, la pobreza y la exclusión social, el diálogo social es más necesario que nunca”.

-¿El Consejo Canario de Relacionales Laborales está dotado de los instrumentos necesarios para cumplir con su cometido?

“El CCRL es un organismo, presidido por el Gobierno canario, que juega un papel importantísimo en las relaciones laborales de nuestra comunidad autónoma. Hoy en día tiene un buen funcionamiento, mediante el cual se ha llegado a acuerdos positivos para el mercado laboral y para la sociedad canaria. Está compuesto por el Gobierno y los agentes sociales y sus competencias están reguladas normativamente por transferencias a la Comunidad Autónoma. Cumple bien su papel de participación y concertación”.

-¿Cuáles son los elementos clave de las relaciones laborales?

“Los elementos principales son tres: participación y consulta de los agentes sociales con el Gobierno, establecer mecanismos consensuados que mejoren estas relaciones laborales y las hagan más justas y equilibradas y constituir instrumentos para la solución extrajudicial de conflictos”.

-¿En qué situación se encuentran tras la última reforma?

“La reforma laboral que impuso el PP en 2012 ha desequilibrado, de forma muy grave, las relaciones laborales, tal como las conocíamos hasta ese momento, a favor de los empresarios. La reforma ha precarizado notablemente el mercado laboral en España, ha provocado, en gran medida, la destrucción del empleo estable, la reducción de salarios y un aumento considerable del desempleo, lo que se traduce en un importante daño para la economía, que tendrá consecuencias negativas a medio y largo plazo. Debemos decir también que la reforma laboral está viva y que aún no ha acabado. Lo estamos viendo, por ejemplo, con la última reforma de las pensiones, que resta poder adquisitivo a los pensionistas, cuyos ingresos se destinan casi exclusivamente a consumo. En definitiva, la reforma ha agrandado la brecha entre las clases sociales y se ha abandonado definitivamente la apuesta por fomentar el empleo estable, justo y digno”.

-¿A qué nivel está funcionando la interlocución?

“Si nos referimos a la interlocución de los sindicatos, como representantes de los trabajadores, con el Gobierno autónomo no existe un diálogo social fluido. En los últimos tiempos, las medidas se aplican vía imposición y en su mayoría no son fruto del consenso, como sería razonable, ya que los agentes sociales tenemos buenas propuestas para mejorar la economía, sin perjudicar a las personas más desfavorecidas, que no se han tenido en cuenta. Hay órganos de interlocución con el Gobierno que funcionan bien, como el Consejo Canario de Relaciones Laborales y el Consejo Económico Social, y otros, como el Consejo Asesor del Presidente, que se han convertido en órganos protocolarios que el Ejecutivo quiere que sean meramente informativos y no realmente participativos”.

-¿Con qué obstáculos tropiezan los actores en el camino hacia el entendimiento?

“Con respecto al Gobierno, el principal obstáculo es su falta de iniciativa para abrir un proceso de concertación social serio, en el que se tengan en cuenta las propuestas sindicales, basadas en estudios de nuestros gabinetes técnicos, que pueden mejorar sensiblemente la situación de las personas más desfavorecidas. Las aspiraciones de las grandes asociaciones patronales van en la línea de mejorar sus beneficios, con una visión cortoplacista, falta de planes de futuro”.

-¿Qué ideas fuerza están en la actualidad sobre la mesa?

“En relación con los ingresos, la persecución decidida del fraude fiscal, la economía sumergida y el empleo irregular; el incremento de los ingresos a través de los impuestos propios aprovechando el margen de maniobra que todavía existe; la revisión de los beneficios fiscales y otras ayudas públicas que no redunden en la creación o en el mantenimiento del empleo; la instauración una tasa turística que grave las pernoctaciones en los alojamientos turísticos, y la supresión de la compensación del ITE por parte de Canarias al Gobierno del Estado, lo cual supone un importe de 350 millones de euros al año. En cuanto al gasto, un plan de inversiones públicas destinadas a la creación de empleo; el fortalecimiento de los servicios públicos esenciales para hacer frente al actual estado de emergencia social en Canarias; la puesta en marcha de una renta básica complementaria a la actual prestación canaria de inserción que dé una respuesta urgente a la exclusión social derivada de la existencia de más de 26.000 familias sin ningún tipo de ingresos; fortalecimiento de la I+D+i, y aplicar criterios de austeridad bien entendida con la eliminación de gastos superfluos o no prioritarios”.

-¿La negociación ha evitado muchos conflictos?

“Por supuesto. La negociación colectiva es básica en las relaciones laborales. Establecer un marco claro y consensuado de negociación beneficia a los trabajadores y a los empresarios, garantiza la paz laboral y mejora la productividad de las empresas. Desde los sindicatos siempre apostamos por el diálogo y la negociación como primera vía de resolución de conflictos”.

-¿Los intereses de los asalariados están representados en su justa medida?

“Las organizaciones sindicales defendemos siempre los intereses de los asalariados, como parte más débil de las relaciones laborales. En la última etapa hay una fuerte apuesta de los gobiernos, especialmente el central, para debilitar la fuerza de los trabajadores a través de sus representantes, los sindicatos. Disponemos, además, de servicios jurídicos propios y concertados, así como de gabinetes técnicos que abarcan todos los ámbitos”.

-¿A qué retos se enfrentan los trabajadores en el futuro más inmediato?

“Lo principal es la defensa del empleo y del poder adquisitivo, aparte de conseguir un marco de negociación que garantice unas relaciones laborales justas con las que los intereses de ambas partes, empresarios y trabajadores, no se vean perjudicadas”.

-¿En las empresas se forma adecuadamente a las partes en la consecución de acuerdos?

“A pesar de que la reforma laboral ha dado más poder al empresario en la negociación, todavía hay margen para llegar a acuerdos. Para la consecución de ese objetivo, es responsabilidad de las organizaciones sindicales, y así lo hacemos, formar a los representantes de los trabajadores para la mejor defensa de los intereses de estos”.