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Yo besé a Darío Dorta – Por Mary Cejudo

Y no solo yo, sino también una multitud de seguidores que le esperábamos en la avenida de Anaga de Santa Cruz de Tenerife, a la finalización de su proeza Runspiral 2013 Desafío Canarias, en la que ha corrido por las siete islas, un día en cada una de ellas, acompañado de deportistas afines, en favor de la investigación del cáncer. Cuando uno piensa en Ítaca, la legendaria poesía de Cavafis, no suele asociarlo al autor sino lo que uno recuerda es el esfuerzo de Ulises en su largo periplo rico en aventuras y experiencias, como dice el texto. Cuando en cada jornada de esta apasionante semana hemos ido conociendo cómo Darío lo daba todo, músculo y alma de una forma tan solidariamente humana, nos venía a la mente esos poemas que hablan de emoción y cuerpo. Nunca se podrá desvincular el Runspiral del esfuerzo de nuestro campeón. Su vida debe de ser muy rica porque él ha comprendido, desde hace tiempo, lo que significan las Ítacas. Todo el que le conoce alaba y valora su humildad, creo que se ha convertido en esa clase de persona que no importa lo que haga, aunque su tenacidad le lleve a metas inalcanzables para la mayoría, lo que vemos en él es alguien cercano que hace hazañas increíbles de forma sencilla, porque es normal que las realice: son sus Ítacas privadas y cuando Darío Dorta tiene en sus pies el ímpetu con que un águila despliega las alas y él vuela en pos de aquello en lo que la limpieza de su espíritu cree. Las voluntarias de hospitales de la Asociación Española Contra el Cáncer estamos muy acostumbradas a encontrarnos en nuestra tarea diaria con gente excepcional, unos porque han nacido así y otros porque los avatares de la existencia les han marcado para bien. Hay un tercer grupo, al que pertenecen muy pocos, son aquellos que iluminan nuestro esfuerzo en favor de los pacientes oncológicos y de sus familias. Los que nos ayudan, sin saberlo, a superar los momentos débiles que, a veces, tenemos. Los que hacen que sigamos en esta labor con entusiasmo y dedicación. Darío Dorta es uno de ellos. Quizás por eso ha significado tanto el recibirlo al término de su Runspiral 2013 Desafío Canarias y poderle decir, aunque sea sin palabras, solo con ese beso, lo que le queremos por ser tan extraordinario. Y cómo gran parte de nuestro trabajo lo realizamos gracias al apoyo intangible de atletas como él.

Mary Cejudo es VOLUNTARIA DE LA AECC