X
sin objetividad>

3 AMP – Por José Antonio Felipe Martín

   

Mi amigo Raico Ramírez, que me acompaña en cada transmisión de Teide Radio junto a mi admirado José Carlos Hernández Rizo me dice que impresiona en las distancias cortas. Yo, quizás porque conviví con él en esta casa lo veo cercano, sumamente cercano. Parece que fue ayer, porque fue no hace tanto, cuando Alejandro Martínez me contaba mil anécdotas de la ACB, la NCAA, la NBA y mil siglas más que él controlaba, como controla casi a cualquier jugador en España que pase de los 14, incluso 13, años. Seguro que en alguna ocasión hablamos de alguna Copa del Rey, de alguno de esos partidos de ediciones anteriores que veía junto a Patri, su compañera con mayúsculas, creo que sin imaginar que algún día estaría allí.

Nunca le he confesado que buena parte del partido que disfruto en la cabina junto a Raico y José Carlos me lo paso mirándolo, viendo cada gesto, perdiéndome incluso acciones del partido que mis dos amigos se encargan de recordarme y advertirme de los mismos. Creo que lo hago porque aún me cuesta verlo como el entrenador de élite que es y lo hago más como el compañero que me contaba mil cosas que yo escuchaba sorprendido.

Jamás me pareció que creyera estar por encima de nadie, es más, muchas veces le he dicho que se crezca, que se venga arriba y que se quiera más; él se limita a sonreír. Con Alejandro Martínez no discuto, aunque sí mantengo ciertas diferencias, como no podía ser de otra manera, pero no recuerdo una sola vez que no hayamos acabado despidiéndonos con un abrazo.

Es el principal responsable de que el Iberostar Tenerife esté en la Copa del Rey. No entro en cuestiones técnicas, porque habrá muchos que tengan más conocimientos, pero sí hablo de trabajo, de constancia, de pasión por un deporte, de ayudar a los de su entorno, de querer ser mejor cada día junto a su club y de no desconectar nunca: allá donde va busca una idea que pueda ayudar a cualquier empleado del CB Canarias, no porque los considere parte de su trabajo, sino casi de su familia.

El tiempo pondrá en su sitio a todos y con la perspectiva temporal entenderemos el mérito de esta clasificación para la Copa. Con unos jugadores acosados por las lesiones, con menos presupuesto que muchos clubes de la Liga Endesa y con una plantilla más justa que otras entidades que no irán a Málaga, Alejandro ha dado una lección de administración de recursos, manteniendo la calma cuando las cosas fueron mal y sin lanzar las campanas al vuelo cuando los suyos demostraron su mejor baloncesto.

Ayer me fastidió, no que existieran debates sobre algunas de sus decisiones, sino que se fuera del pabellón triste, me pareció que algo golpeado. Él merecía un aplauso, de los que huye, pero que merece. Por lo que se ve, por lo que se sabe. Pero sobre todo por lo que él hace pero calla.