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la punta del viento > Agustín M. González

La buena política – Por Agustín M. González

   

Generalizar siempre es injusto e irreal. Ni todos los hombres son iguales, ni todas las mujeres lo son. Ni siquiera lo son todos los políticos. Hoy me apetece hacer una defensa de la clase política porque, a pesar de que merecidamente está en su momento de mayor descrédito, por los casos de corrupción y su incapacidad ante la crisis, creo que, sin embargo, no son los únicos malos de esta película. Quiero defender a los políticos honrados, trabajadores y eficientes servidores públicos que hay en nuestras Islas. Porque los hay, y muchos más de lo que la gente cree. Hablo con cierto conocimiento de causa: mi trabajo me ha permitido conocer a muchos y de muy cerca. Los políticos están peor vistos que nunca, pero no todos son chorizos o incompetentes. En realidad, creo que, como fiel reflejo que es, en definitiva, de la sociedad en que vivimos, en la política hay tantos chorizos, aprovechados y zoquetes como en la empresa, en los negocios, en la prensa, en la docencia, en el deporte, en el arte, en la cultura, en la investigación, en el turismo… O sea, que no le echemos la culpa de todos nuestros males solo a los políticos. Y a esos que tanto critican y que todo se lo saben les animo a que prediquen con el ejemplo, que se mojen. Los toros se ven muy bien desde la barrera. Otra cosa es enfrentarse cara a cara con ellos. Este es un país de enterados y de pícaros. Y ni con unos ni con otros saldremos adelante. Hay que dignificar la política. Es un pilar básico de nuestra sociedad. Por eso hay que impedir que la gente válida se desentienda de la cosa pública y deje las instituciones en manos de los mediocres o los desalmados. En ese empeño tenemos que comprometernos todos los que creemos en la solidaridad, el progreso y la justicia social. Hay que hacer un llamamiento a la participación de la gente honrada, reivindicar a los buenos ciudadanos, proteger y alentar a los que de verdad tienen vocación de servicio público, capacidad e integridad. Los necesitamos urgentemente para que nos lideren y para que nos rescaten de la desidia, y de esta derecha carca que nos gobierna sin respeto, que nos machaca y que amenaza con destruir el estado de bienestar que tanto nos ha costado conseguir a los españoles.