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LAS PEQUEÑAS COSAS >

Contagio – Por Irma Cervino

   

La gripe está haciendo estragos en el edificio. La primera en caer fue Carmela. El jueves cuando terminó de limpiar la escalera se empezó a sentir tan mal que se metió en el ascensor, se sentó en el sillón de terciopelo y se quedó adormilada hasta que la Padilla llegó de su primera clase intensiva de DejaYaLosPolvorones. Al verla allí moribunda, empezó a gritar para que saliera del lujoso aparato recién remodelado. “Insensata, ¿no ves que nos vas a pegar los virus a todos? Te puedo denunciar por eso”, le amenazó. El escándalo provocó, como ya viene siendo habitual en esta comunidad, que uno tras otro bajáramos al portal a ver qué pasaba.

Mientras la Padilla seguía increpando a la pobre Carmela, Tito fue a buscar la máscara antigás y, al regresar, levantó en volandas a la mujer febril y, ante el asombro de todos los vecinos, la sacó del ascensor y la dejó tirada en el rellano de la escalera. Brígida no tardó en saltar. “Qué poco corazón tienen, por favor. ¿No ven que está enferma? Lo denunciable es no prestar ayuda a quien la necesita. ¡Insensibles!”, gritó. Brígida no midió el alcance de sus palabras que provocaron que el enmascarado Tito volviera a coger en peso a Carmela, la subiera al piso de las hermanísimas y la dejara acostada en el sofá de la entrada. “Si tan caritativas son ustedes, ahí la tienen”, le dijo. Así que, desde el jueves, Carmela está pasando su gripe en casa de las hermanísimas, algo que no le ha gustado nada a Úrsula que, sin embargo, no ha dicho ni mú porque, según se enteró Chaxi, uno de sus propósitos del nuevo año es ser buena persona.

Bernardo, el taxista, nos recordó que ese ha sido el propósito de los últimos 10 años de la mujer y nunca ha podido mantenerlo más allá del 20 de enero. Lo cierto es que Carmela ya está mejor y, a pesar del contacto directo, ni Brígida ni Úrsula se han contagiado. Sí lo ha hecho Tito que ayer empezó con dolor de cabeza, tos y fiebre. La Padilla dice que la culpa es de la máscara antigás defectuosa que su hijo compró en la tienda del señor Chen-Yu. Como ella no quiere caer enferma porque está encantada con sus clases para dejar de comer polvorones que le están quitando los kilos de más que subió en las fiestas, no tiene reparos en hacerle ascos a su propio hijo. Carmela, que ya ha recuperado su capacidad de cotilleo y ha vuelto a la escalera, se enteró ayer de que la Padilla le dijo a su hijo que se fuera de casa hasta que se curara de la gripe. Aunque no se lo crean, Úrsula le ha ofrecido su casa y cuidar de Tito durante la enfermedad. Pero Bernardo ya me recordó ayer que la bondad de la hermanísima caduca el lunes que es día 20. Ay, no sé por qué pero yo confío en que su corazón cambió con la última uva de 2013.

@IrmaCervino