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Darío Dorta y la AECC – Por Juan Julio Fernández

   

Darío Dorta es un atleta excepcional que a un físico único añade una concepción muy clara de la sociedad canaria, de sus carencias y de sus necesidades, sobre todo cuando una enfermedad seria llama a sus puertas y los enfermos, además de cuidados médicos, necesitan algo más. Y, con un corazón capaz de esfuerzos insospechados y cargado de sensibilidad, ha entendido que debe hacer algo por una organización que acaba de cumplir sesenta años entregada a los pacientes de cáncer y a sus familiares de una forma sobradamente reconocida y que nos permite decir a quienes nos hemos entregado a ella que si alguien se siente solo es porque no nos conoce.

La Asociación Española Contra el Cáncer es la organización que recibe de Darío Dorta no sólo las aportaciones económicas -nada desdeñables- que sus proezas le permiten recoger de simpatizantes que las siguen y entienden muy bien lo que hace, sino también la confianza de saber que estas aportaciones llegarán a quienes la necesitan, de manera fiable y eficaz.

De todo esto tuvimos ocasión de hablar con José Manuel Bermúdez, el alcalde de Santa Cruz, en el Ayuntamiento, en un acto sencillo pero cargado de humanidad, en que me entregó, como presidente de la Junta Provincial de la aecc, un cheque de 17.327 euros, los recaudados con la venta de camisetas solidarias y otros donativos mientras corría por las siete islas -413 kilómetros en siete días, del 24 al 30 de noviembre del ya pasado 2013-, una hazaña en que las distancias recorridas equivalen a casi siete maratones, pruebas que ya, de por sí, requieren condición física, entrenamiento, constancia, tesón y claridad mental.

Hablamos de las distintas maneras de organizarse de las sociedades sajonas y las latinas en general -y de la española y la canaria en particular- y que en alguna manera tienen que ver con concepciones protestantes y católicas. Y concluimos en que en la sociedad anglosajona, mayoritariamente protestante, los emprendedores y profesionales que se consideran triunfadores se sienten obligados a devolver a la sociedad lo que la sociedad les da -filantropía-, en la nuestra sigue prevaleciendo el espíritu de la donación -caridad- y, en los últimos tiempos, con la entrada en el estado de bienestar, la idea de que todo nos es debido y nos llega del cielo.

Pero algo también está cambiando. Amancio Ortega, el primer empresario del país y el tercer hombre más rico de España, acaba de donar a Cáritas veinte millones de euros, con un sentido evidentemente altruista, sin olvidar el heredado espíritu caritativo pero, a la vez, impregnado de la convicción de que también la caridad debe organizarse para que el dinero llegue a los que realmente lo necesitan y de manera eficiente, algo que nadie puede negar a esta organización de la Iglesia católica y que, viendo lo que estamos viendo, no puede predicarse de otras organizaciones, “en principio dedicadas a defender los intereses de los pobres”.

Lo hecho por Darío Dorta en 2012, la carrera Runspiral saliendo de Santa Cruz para recorrer en espiral la isla de Tenerife hasta subir al Teide y regresar a Santa Cruz en cuatro días ha sido superada por la de este año, con una exigencia logística mayor y consiguiendo el patrocinio de los siete cabildos insulares, algo esperanzador y que desmiente la teoría de que las islas son compartimentos estancos que hacen de la región -la Comunidad Autónoma- una utopía. Y por encima de todo, un ejemplo de entrega para devolver a la sociedad a través de la Asociación Española Contra el Cáncer-lo que él -y toda su familia, que se apiña con él- entiende que la AECC, en momentos cruciales de sus vidas, supo darles.
Estas notas pretenden ser algo más que de agradecimiento a este extraordinario deportista y ejemplar ciudadano, extensivo a todas las instituciones de todas las islas que han colaborado con su proyecto y, en particular, al Cabildo Tenerife y al Ayuntamiento de Santa Cruz, siempre presentes en nuestras iniciativas. Y también una llamada a los emprendedores, profesionales y a los que tienen más para que contribuyan a una labor que tratamos de hacer con transparencia y objetividad y que, en una crisis como la que estamos padeciendo, nos exige más esfuerzos para que nuestra información, nuestra ayuda a los enfermos y a sus familiares y nuestra contribución a la investigación -con la que acabaremos derrotando al cáncer- sea un objetivo a alcanzar antes pronto que tarde, ayudando también a afianzar una sociedad civil más próspera y más justa.

Juan Julio Fernández es PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA CONTRA EL CÁNCER EN TENERIFE