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La dictadura de la demografía – Por Antonio Alarcó

   

La cuestión de la demografía constituye uno de los problemas de la sociedad española. Cabe recordar en estos momentos que la demografía es la disciplina encargada de estudiar a las sociedades, su natalidad, mortalidad, evolución, dimensiones, etc. que, como veremos, tienen una enorme importancia.

Ahora bien, ¿cuáles son las razones por las que hemos titulado este artículo La dictadura de la demografía? El problema del envejecimiento de las poblaciones aparejado al hecho de la escasa natalidad, trae consigo no solo la puesta en marcha de una enorme labor de ingeniería social sino una dependencia irrenunciable de la inmigración para garantizar la sostenibilidad de un país.

Y no es que la inmigración sea mala, más bien todo lo contrario, pero comprometer el desarrollo socioeconómico de un país a los variables flujos migratorios es tener sobre nosotros la espada de Damocles de la dependencia y la incapacidad de previsión económica fundada en una autosuficiencia poblacional. Ese es, sin duda, el riesgo de la llamada “dictadura de la demografía”.

Como cada nuevo año, una de las primeras noticias que suele copar los medios informativos es la relativa al nacimiento de nuevos bebes. 2014 no fue una excepción a esta norma. Lejos de polemizar con si el primero de los niños nació en Cataluña o en el País Vasco, lo cierto es que todos estamos de enhorabuena. Varios pequeños han sido alumbrados a un país que vuelve a estar lleno de oportunidades, en un año que además será el de la recuperación económica gracias al gran esfuerzo de la ciudadanía y a las reformas emprendidas que habrá que concluir.

Pero, volviendo a los nacimientos, éstos llevan consigo un valor añadido a todos los mencionados y ese es el de la sostenibilidad de nuestra sociedad. Recientemente se publicaba un estudio acerca de la compleja situación socio económico a la que se podría enfrentar nuestro país como consecuencia del escaso número de nacimientos que se estaban registrando cada año. España no debe continuar, por quinto año consecutivo, con el menor numero de nacimientos y un descenso del 18,3% desde 2008. Eso es un error muy grave que contribuye a que la demografía se convierta en una dictadura.

A ello hay que sumar el marcado envejecimiento ciudadano que, sin duda, es un logro social de primer orden pero que tiene consecuencias socio económicas evidentes que hay que saber prevenir y afrontar. Este es uno de los factores relevantes de estudio por parte de la demografía ya que se trata pues, de un problema con una solución más compleja que la del desempleo y que podría llegar a poner en riesgo (en el caso de no tomarse las debidas medidas correctoras con anterioridad a que se plantee) la sostenibilidad del llamado Estado de Bienestar tal y como lo conocemos, puesto que crearía un vacío “irrellenable”.

La máxima de que un nacimiento es siempre buen augurio, cobra especial sentido en la medida en que son muchos los analistas que coinciden en que las medidas estructurales que los gobiernos tomen para el equilibrio y la sostenibilidad de las pensiones de los países, son insuficientes si no van aparejadas con un incremento poblacional, con un numero mayor de nacimientos que garantice la adecuada provisión de fondos al Estado.

Nacimientos que han de gestarse en la que, para nosotros, constituye la principal célula económica y social de nuestro país y sin la cual España no hubiese resistido esta crisis: la familia. Debemos ser conscientes de que tenemos que mimarla, protegerla e incentivarla todo lo posible para, no solo garantizar su importancia desde el punto de vista poblacional (como mecanismos de continuidad de las sociedades), sino evitar el riesgo socio económico al que podríamos enfrentarnos en el caso de no tomar las medidas necesarias.

Medidas que pasan, irrenunciablemente, por el fomento de la natalidad y por la protección decidida de todas las edades por las que pasa el ser humano en el marco de la familia como unidad económica y social de primer orden junto con el concepto de Nación.

En definitiva, la planificación demográfica de un país es uno de los factores claves que tienen que plantearse sus gobernantes, ya que sus consecuencias pueden ser irreparables.

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