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En la Casa Blanca – Por Leopoldo Fernández

   

La visita de Rajoy a la Casa Blanca ha satisfecho una vieja aspiración del presidente del Gobierno, pero sobre todo se espera que contribuya a mejorar más aún las ya excelentes relaciones entre Estados Unidos y España, enderezadas al final por Rodríguez Zapatero -tras su torpeza en la precipitada salida de las tropas de Irak- con la firma, que luego ratificaría el actual inquilino de La Moncloa, de un muy importante acuerdo militar bilateral. Éste permite el asentamiento, en la base naval de Rota, de cuatro destructores de última generación y de una fuerza de intervención rápida de 500 marines como parte del escudo antimisiles de la Alianza Atlántica. Con ello, dicha base, con apoyo aéreo de la de Morón, se convierte en la más importante de las existentes en Europa, además de constituirse en la punta de lanza de los intereses de la OTAN en el Mediterráneo, el Magreb y el África subsahariana, tan sacudida por el terrorismo yihadista. Para los Estados Unidos, desde los años 60 España es un aliado de gran importancia estratégica, además de un país interesante para los inversores y para la instalación de empresas norteamericanas, de las que más de 700, con plantillas que superan los 50.000 trabajadores, operan actualmente en nuestro país. La cordialidad y las coincidencias en el diálogo entre Rajoy y Obama, con el expreso respaldo de éste a las políticas del Gobierno para la salida de la crisis y el relanzamiento económico, así como la invitación para que el presidente norteamericano visite España, vienen a subrayar el buen momento de las relaciones bilaterales. Tan sólo las recientes revelaciones sobre el espionaje de la NSA a algunos dirigentes patrios, y el viejo contencioso de Palomares, donde está pendiente la limpieza y retirada de tierra contaminada tras la caída de cuatro bombas termonucleares en enero de 1966 -tras colisionar en el aire un bombardero estratégico y un avión cisterna- pueden influir en el clima de colaboración entre los dos países, que anualmente mueven casi 40.000 millones de euros en intercambios comerciales e inversiones recíprocas. El repaso en la Casa Blanca a temas de interés común, como el Tratado de Libre Comercio entre EE.UU. y la UE, la situación en Oriente Medio y el Magreb y las relaciones con Latinoamérica, especialmente con Cuba y Venezuela -sobre las que la opinión española es muy estimada en Washington-, forman parte de la agencia pactada por los colaboradores de los dos presidentes. Con los demás actos previstos para hoy, Rajoy tratará de mejorar la imagen de España y relanzar las posibilidades del país ante los principales inversores estadounidenses, con el respaldo expreso de la flor y nata del empresariado español desplazado al efecto.