X

Lo malo va a menos – Por Charo Zarzalejos

   

El hecho de que el 2013 haya finalizado con la menor caída de cotizantes de la crisis, que la prima de riesgo haya dejado de ser una pesadilla, que la inflación acabe en el 0,2, que es el nivel más bajó al cierre de un año y que en términos generales, el año ya despedido acabara mejor de lo que empezó significa, cuando menos, que lo malo, lo malísimo va a menos. Algunos dirán que es lógico que así sea porque una vez tocado suelo, sólo queda subir. Sin embargo no es menos cierto que todo lo malo puede empeorar y de esta, al menos, nos hemos salvado porque realmente hubiéramos podido ir a peor porque los abismos no tienen límites bien perfilados. Nos hemos alejado del abismo y hemos llegado a un pequeño claro en medio del bosque.

En este claro se han creado puestos de trabajo que no ahora ni más adelante serán en las condiciones a las que estábamos acostumbrados pero no por ello hay que renunciar a priori a que la calidad llegue al empleo. Ocurre que primero hay que crear empleo y si es verdad que el dinero llama al dinero, hay que pensar, confiar en que el empleo llame al empleo. Sostengo que de esta crisis en la que todavía estamos instalados, saldrá una sociedad distinta, una forma de entender la vida que los más jóvenes ya tienen muy asumido. Ellos ya no sueñan con comprar piso, creen que es más práctico un alquiler ,ni se imaginan a sí mismos instalados de por vida en una ciudad o en un país. Todo esta cambiando y es seguro que el trabajo a tiempo parcial que hoy se nos presenta lleno de riesgos e incluso poco digno será visto con naturalidad en apenas unos años.

Lo malo va a menos y así seguirá siendo a lo largo de 2014 pero lo peor esta ahí, pendiente de solución. Y lo peor es que haya pobres energéticos, que haya niños malnutridos, hombres de cuarenta o cincuenta años, con familia a sus espaldas, que por haber superado el calendario de la juventud tienen por delante el vía crucis de comprobar como una circunstancia -su edad- que no puede cambiar le lleva a pensar que para el no hay futuro. Quiero pensar que a medida que lo malo vaya a menos quede menos camino para afrontar lo peor y para ello es imprescindible que no nos dejen de estremecer las situaciones de profunda injusticia, que la solidaridad no decaiga y que desde los poderes públicos ,ahora que nos cuesta menos financiarnos, se afronten con medidas concretas situaciones realmente límites. No conozco a nadie que no se alegre cuando el médico le comunica que su familiar o amigo va a salir de la UVI porque ha superado el estado crítico, aunque por delante tenga el enfermo y su entorno que asumir un largo, duro y penoso periodo de convalecencia. En eso estamos. Nos hemos librado del tanatorio y estamos en plena convalecencia que va a ser larga y dura. Sin anestesia pero, por favor, con esperanza, y determinación para que ni un solo anciano pase frío, ni un solo niño coma pan con pan. Si logramos esto, sólo si lo logramos podremos estar orgullosos de nosotros mismos.