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Más de 25 años de cárcel por el caso matancero de prostitución de niñas

   

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

La Policía Canaria arrestó a los implicados en esta trama. | DA

La Policía Canaria arrestó a los implicados en esta trama. | DA

Aunque dista mucho de las penas solicitadas por la Fiscalía, el Juzgado de lo Penal número 1 de Santa Cruz de Tenerife ha condenado en su conjunto a más de 25 años de prisión a la pareja que, tal y como considera probado, empujaron a prostituirse a dos niñas de 14 y 15 años en La Matanza de Acentejo y al que les ayudó a robar a uno de los clientes. Por contra, el cuarto acusado ha sido absuelto de todos los cargos que pesaban sobre él.

El suceso en cuestión se conoce tras un servicio de la Policía Canaria y tiene lugar durante el segundo semestre de 2012, cuando la pareja implicada habilita un domicilio en La Matanza de Acentejo y supuestamente convence a dos menores de edad, de 14 y 15 años cuando se inician los hechos, para que contestaran las llamadas que se recibían en respuesta a un reclamo de prostitución en una conocida web de anuncios, donde se decía que podrían mantener relaciones con chicas de 19 años, y les indicaban lo que tenían que decir, en concreto los servicios sexuales y las tarifas a cobrar a los clientes por los mismos, quedándose con parte de los beneficios y amenazarlas con revelar al entorno de las menores lo que ocurría.

También incitaron a ambas menores a mantener relaciones sexuales, por lo que una de ellas se vio obligada realizar dichas prácticas con los clientes que habían llamado al número de teléfono del anuncio, advirtiéndola de que en caso de no continuar realizando dichos actos sexuales se lo dirían a su madre. Estas prácticas tenían lugar en el domicilio de la acusada, y los dos principales acusados alquilaron un vehículo para ir a buscar a la menor a su casa y llevarla de vuelta cada vez que tenían un cliente. Tras la intervención de los hermanos de la niña, esta pudo abandonar la práctica de dichos actos sin que la acusada le siguiera insistiendo para que continuara. También se utilizaba la minoría de edad de las chicas -continúa la sentencia- para evitar que los clientes denunciaran que habían sido robados o hurtados mientras se duchaban con anterioridad a tener lugar las prácticas sexuales.

En cuanto a los robos, se recogen dos episodios: Uno tuvo lugar el 12 de noviembre de 2012, cuando un cliente llega a la casa de La Matanza donde tenían lugar los hechos y dos de los tres ahora condenados, ambos varones, encapuchados y esgrimiendo cuchillos, le agarraron con fuerza y le obligaron a entregarles lo que llevara en los bolsillos, obteniendo un botín de 80 euros en efectivo, un teléfono móvil, un paquete de cigarrillos y las llaves del vehículo, de donde se llevaron unas gafas de sol, dos tarjetas de crédito, un pendrive, dos porta-CD y una navaja tipo rescate. Luego, para ser liberado, el cliente fue a buscar 250 euros más, que les entregó.

Al día siguiente el trío asaltó a otro cliente portando cuchillos, resultando herido en un brazo a cuenta del forcejeo. Como el cliente reconoció a uno de sus asaltantes, se pactó un acuerdo de silencio entre los implicados.

Cabe apuntar que al cuarto acusado se le relacionaba con uno de estos robos, pero su abogado defensor, el letrado tinerfeño Alfonso Delgado, puso de manifiesto tanto durante la instrucción como en la vista oral lo endeble de las pruebas aportadas contra el mismo, de tal modo que resultó absuelto de todos los cargos.

En cuanto a las penas, la peor parada fue la mujer, con cuatro y dos años de prisión por la corrupción de las dos menores, tres años y nueve meses por un robo con violencia y 24 meses de multa a seis euros diarios. A su pareja le correspondió la misma pena por el robo y dos y un año de cárcel por la prostitución de las menores, además de otros dos años por lesiones agravadas.
Por último, al compinche le han caído esos dos años por lesiones agravadas y los tres años y nueve meses por el robo con violencia.