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Más vale tarde – Por Francisco Pomares

   

Los grupos parlamentarios del PSOE y Coalición presentaron el viernes la esperada proposición de ley de Radio y Televisión Públicas de Canarias, que el PSOE se comprometió a hacer aprobar en esta legislatura cuando firmó el pacto de Gobierno con Coalición. Después de cuatro años de críticas durísimas al director del Ente, el sin par académico de la vida Willy García, el PSOE lo tenía bastante complicado para encontrar una solución que contentara a sus electores y que no pasara por la destitución de García. Esa era su inicial posición, y la más lógica después de dos años de enorme presión, con acusaciones de todo tipo contra el director general. Pero los socialistas se encontraron con la oposición absoluta de Paulino Rivero a la destitución de García, y acabaron por transar un acuerdo para retrasar el momento. Cuando se presentó el pacto de gobierno y el compromiso de elaborar una nueva ley, los socialistas insistieron en que se trataba de evitar para siempre que el nombramiento del director general lo realizara el Gobierno de turno, y también de garantizar un apoyo razonable del Parlamento, con mayorías cualificadas, y con mandatos ajenos al calendario de la legislatura. En principio, parecía una fórmula excelente que el director de la tele fuera elegido por mayoría cualificada, con la implicación de todos los partidos, lo que supondría necesariamente la búsqueda de una persona de consenso. Y también parecía razonable que esa persona pudiera desarrollar su trabajo al margen de las instrucciones políticas, por lo que un mandato más allá de la legislatura implicaba que el mismo director general tuviera que convivir con dos gobiernos distintos. El retraso en la presentación del proyecto, la posibilidad de que no se apruebe hasta finales de la legislatura y algunos recortes planteados en el formato de elección parlamentaria, hacen pensar que el objetivo es retrasar el debate parlamentario sobre la sustitución de García a la próxima legislatura, con lo que el peor y más cuestionado director de la historia de la televisión canaria sería -curiosamente- el que más años lograra sobrevivir en el cargo. Gobernar en base a pactos, en un gobierno de coalición, tiene servidumbres importantes. Esta de la tele es sin duda una de ellas, pero los socialistas deberían pisar el acelerador de la ley para poder votarla antes de que concluya este año, y elegir al nuevo director en esta legislatura. No hacerlo sería un fraude no solo a sus electores, también al compromiso planteado con el pacto ya firmado. Rivero ha logrado su objetivo de mantener a García sin confirmación parlamentaria durante casi una entera legislatura. Llevar este asunto más allá ya no es de recibo.