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Mentiras y viejos – Por Jorge Bethencourt

   

Había una valla, con un perrito abandonado en mitad de una carretera, que ponía: “Él no lo haría”. Y es que la gente se iba de vacaciones y dejaba tiradas a sus mascotas en plena calle. Mucha gente se cabreó porque resulta que nadie abandonaba a su perro. Los perros callejeros se producían por generación espontánea. Es como la basura. La gente es limpia. Cuando se reúnen algunas miles de personas para una actividad cultural -pongamos bailar salsa o merengue- la mierda que queda abandonada en el suelo (botellas, vasos, cajas de tabaco, papeles, meados, etc.) no ha sido producida por esas miles personas, que en ese caso serían unos miles de cochinos, sino por ectoplasmas fantasmales que vienen a este plano de la realidad para tomarse unos cubatas y llenar de basura las calles.
Cuando Paulino Rivero dice que hay cuatrocientas personas con el alta médica abandonadas por sus familias en los hospitales canarios seguramente miente como un bellaco. No están abandonadas, sino en espera. En una tele peninsulera dicen, con envidia, que como los canarios somos tan lentos es que estamos de camino a los hospitales para buscar a nuestros padres (lo cual es una suerte porque al menos sabemos dónde encontrarlos). O algo así. Cualquier cosa antes de reconocer que hay gente que deja a sus mayores en los hospitales porque no puede atenderles en sus casas. Y porque no hay centros adecuados para cuidarlos.

Porque esa es la cosa. Que nos pasamos toda una vida pagando al Estado que nos vio nacer, nos dio un numerito de identificación, nos cobró y nos aseguró que tendríamos una vejez feliz. Pero resulta que era una estafa. Y que ahora que eres anciano, que te falla la memoria por culpa de ese alemán que esconde las cosas, que estás confuso, débil y desorientado… Ahora resulta que si no te cuidan tus hijos, si no les jodes la vida pasando como una carga de casa en casa, nadie más se va a ocupar de ti. Que ese Estado que te prometió una jubilación digna y una vejez apacible, que para eso estuviste pagando años y años, te ha dejado tirado en la cuneta como un trasto que no sirve para nada. Ya no pagas, cuestas. Ya no aportas, detraes. Eres un peso muerto al que ingresan en el Hospital con una dolencia para quedarte ahí, en tierra de nadie. Abandonado. Pero no lo digas, que la gente se ofende. Porque la gente es buena y no hace esas cosas, joder.

@JLBethencourt