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Nuevo año nuevo – Por Rafael Zurita Molina

   

Valga el pleonasmo, con la llegada del año 2014 iniciamos un nuevo año nuevo. Es manifiesto que en los primeros días de enero se avive nuestra memoria para recordar las fechas que señalan determinados aniversarios de índole personal, sean, más o menos, alegres o apesadumbrados, que se enlazan con ciertos acontecimientos, de variada naturaleza, grado, condición y geografía, que marcan las efemérides históricas.

La creación de los cabildos insulares y el comienzo activo de las primeras corporaciones del Cabildo de Tenerife celebraron su primer centenario en los años 2012 y 2013, respectivamente.

Y ahora, en este nuevo estrenado año 2014, en el mes de agosto, se cumplen cien años desde que comenzó la aciaga Gran Guerra, que conmocionó al mundo. Paradojas que se manifiestan en las diversas efemérides conmemorativas.

En distinta gozosa historia, el canal de Panamá fue inaugurado el 15 de agosto de 1914; por lo tanto tenemos otra importante celebración conmemorativa. Repasando lo sabido, se trata de una vía de navegación interoceánica entre el mar Caribe y el océano Pacífico que atraviesa el istmo de Panamá en su punto más estrecho. Por cierto, me entero que la idea de construir un canal a través de Centroamérica fue sugerida por el científico alemán Humboldt, tan allegado a Tenerife.

Sin pretenderlo, la prevista cita sobre la efemérides del canal panameño en este año se enlaza con la que ofrece la actualidad informativa sobre la suspensión de las obras de ampliación, que se justifica por los generados sobrecostes. Suscita más interés sabiendo que está involucrada la empresa española de construcciones Sacyr, que se acrecienta cuando el presidente del país centroamericano, Ricardo Montinelli, anuncia viajar a España y a Italia para exigir a los respectivos gobiernos que hagan que sus empresas cumplan con el contrato. Ejemplarmente.

Finalizando, un breve apunte sobre los asuntos del puerto: “Fue aprobado el proyecto del dique-muelle del Este, la más ansiada aspiración de la ciudad en orden al mejoramiento y porvenir de su puerto. (La Prensa, 9 de enero de 1932). Tiene que ver con el primer Puerto y puerta que desde hace tres años (2 de enero de 2011) ocupa esta página semanal del DIARIO reservada al complejo portuario de Tenerife. Columnas de prensa que tratan de mar y de barcos; y de los muelles que, de forma alegórica, se alargan por las calles de Santa Cruz, afirmando su indeclinable vocación portuaria.

Está en su escudo: “… Y las áncoras por su puerto de mar, que son de plata por su limpieza e importancia, y por las riquezas que en él se han salvado de la codicia enemiga”.

Justedad heráldica en actuales tiempos de codicia amiga. ¡Feliz Epifanía!