En estas primeras semanas de este nuevo año se deslizan ciertos datos y declaraciones sobre el desarrollo de la crisis económica en este país que dan a entender la buena senda por la que parece transitar la recuperación. Desde esa institución llamada Fondo Monetario Internacional se halaga los pasos dados por el Gobierno de Rajoy y se mejora las perspectivas de crecimiento para España. Desde la Unión Europea prevén que España se convertirá en el “motor económico” del continente en un plazo de cinco años. ¡Ño! Visto así, el alborozo de ciertas clases dirigentes le saldrá por la orejas. Además, estos días hemos conocido que el número de turistas que han visitado España en 2013 no ha dejado de crecer respecto a años anteriores. 60 millones de turistas. Esta cifra solo es superada por Francia y Estados Unidos, con 83 y 67 millones de turistas, respectivamente. Desplaza a China del tercer lugar, que ya ocupaba en otras ocasiones. El gigante asiático recibió 55 millones de turistas y es capaz de poner, como primer mercado emisor mundial, a cerca de 100 millones de chinos viajando por el extranjero. A Canarias llegaron más de 12 millones de turistas durante el año pasado. En la Feria Internacional de Turismo, inaugurada ayer en Madrid, se subrayaron las buenas perspectivas para este año en el Archipiélago. Todos estos datos rezuman un optimismo no reposado. Los ciudadanos que siguen atenazados por el desenlace de la crisis vagan desmoralizados, desilusionados, decepcionados y desanimados. La que ha vagado por el espacio estos últimos años es la sonda Rosetta, en modo hibernación. Es decir apagada, dormida. Este artefacto espacial sin tripulación despertó hace unos días para comenzar su última fase: intentar posarse en un cometa. Esta sonda, después de contactar con los responsables de su misión, envió un mensaje a través de su cuenta de Twitter: “¡Hola, mundo!”. La sociedad española, así como la canaria, tras unos años sumida en una hibernación forzada comienza a despertarse para recuperar su funcionamiento y desarrollar nuevas misiones. Con un optimismo progresivo. Igual que las lentes progresivas, que permiten ver con nitidez tanto lo cercano como lo lejano.