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Persistir en el error – Por Francisco Pomares

   

Lo del certificado de residencia no parece ir demasiado bien encaminado. Al anuncio de que su uso seguirá siendo obligatorio hasta el mes de noviembre, se unen ahora las sospechas de Rosa Dávila, directora general de Transportes del Gobierno de Canarias, de que el sistema implementado por Fomento es bastante falible y dejará a mucha gente en tierra. Nos dice la señora Dávila que el SARA -el programa de marras tiene nombre bíblico de tifón tropical- puede fallar si existen discordancias o errores de transcripción -incluso de acentos- en los nombres grabados del padrón y el que figura en el DNI. De hecho, esa situación es mucho más frecuente de lo que parece. Lo único que coincide siempre en el DNI es su número, que incorpora un dígito de control (la famosa letrita del final) para evitar errores. Por eso no se explica que el SARA realice las búsquedas del padrón por nombre y no por DNI. El problema de este absurdo castigo a los canarios recetado por Fomento es fruto de una política que considera culpables a los ciudadanos si no demuestran lo contrario. Uno se identifica con su DNI, por eso tenemos que cargar con él. Si alguien usa mal el DNI y defrauda en la bonificación, que el Gobierno lo detecte, le persiga y le multe. Pero que no se obligue a la ciudadanía a llevar una absurda fotocopia encima, mucho más fácil de trucar que un DNI. Fomento la lío implantando un sistema idiota en una esperpéntica demostración de fuerza, de esas que tanto parecen gustarle al Gobierno del PP. Y quieren arreglarlo ahora con la introducción de un sistema informático que tarda 11 meses en implantarse y que puede dejar a muchos residentes sin billete bonificado, en aeropuertos lejos de sus islas. La señora Dávila dice que -por si las moscas- será mejor llevar el certificado encima también después de noviembre. Y yo digo que es una vergüenza que una decisión errónea de la Administración se sustituya por otra decisión igualmente errónea. En los aeropuertos peninsulares, es ya frecuente tropezarse con comentarios chuscos sobre lo bien que se trata a los canarios, sobre las subvenciones y canonjías que se nos pagan con el dinero de todos los sufridos españoles. A estas alturas no está uno para discutir con una amargada de la cola cuánto del dinero que ha costado el AVE ha salido de los impuestos de quienes no tenemos AVE. Pero me toca bastante las narices que algo que es un derecho constitucional -la igualdad entre todos los españoles- tenga que explicárselo cada vez que facturo al encargado del embarque y a las tres personas que opinan en la cola de Barajas.