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Las peticiones de asilo en Canarias crecen casi el 55% por conflictos

   
refugiados y desplazados Sirios

El conflicto bélico en Siria está provocando una auténtica diáspora de refugiados y desplazados. / REUTERS

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Convertida ya en la principal lacra a la que tienen que hacer frente muchos países del planeta, los refugiados y desplazados se cuentan por millones en zonas como Mali, Siria, Congo, Afganistán o República Centroafricana. Ello provoca que cada año miles de personas intenten cambiar su suerte en continentes mucho más benévolos, como Europa, lo que convierte a las Islas Canarias en puerta de acceso a eso que algunos denominan El Dorado europeo.

Bajo esta premisa, y según los últimos datos contabilizados por la Comisión Europea de Ayuda al Refugiado (CEAR) en el Archipiélago, en 2013 se registraron un total de 72 peticiones de asilo en la comunidad autónoma, la mayor parte de ellas de ciudadanos sirios, malienses, saharauis, venezolanos y hondureños, víctimas estos tres últimos del clima de violencia que reina desde hace años en esos países.

Respecto al año anterior, cuando se registraron 35 demandas de asilo, las peticiones de refugio crecieron casi un 55% en 2013, situándose ya en niveles similares a los de 2011 (125 peticiones) y 2010 (101).

Según explica a este periódico el coordinador de CEAR en el Archipiélago, Juan Carlos Lorenzo, “el aumento de los conflictos bélicos provocará que en los próximos meses volvamos a situarnos en cifras más elevadas, porque las previsiones apuntan a que podemos alcanzar el centenar de peticiones de asilo en 2014 (este mes van ya 16)”. Esta circunstancia, subrayó Lorenzo, hace más necesaria si cabe la continuidad de la labor asistencial que realiza CEAR en Canarias, cuyo futuro continúa estando en peligro por la acumulación de deudas de administraciones públicas que habían comprometido ayudas, que todavía hoy siguen sin hacer efectivas.

En este sentido, el responsable de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado en las Islas recordó que el Gobierno autonómico eliminó el año pasado la subvención de 100.000 euros que permitía sufragar el mantenimiento del centro de acogida de CEAR en la provincia de Las Palmas, el único recurso de estas características que existe actualmente en el Archipiélago. Así, Juan Carlos Lorenzo insistió en que Canarias es “frontera sur de Europa” y “necesita al menos un centro”, como demuestra el hecho de que, “estratégicamente”, el propio Ministerio de Exteriores ha mantenido la financiación del recurso, porque lo considera “vital” dentro de la estructura de acogida de la Dirección General de Migraciones”. Por este motivo, CEAR emprendió una campaña de recogida de firmas de personalidades públicas que respaldaron, entre otros, el titular del Diputado del Común, Jerónimo Saavedra, y la presidenta de la Asociación Canaria de Juristas por la Paz, Inés Miranda, una iniciativa que tenía por fin “evitar la desaparición” de la entidad.

“Después de algunas conversaciones con diputados regionales, parece que se va a incluir una partida nominada para CEAR Canarias en los Presupuestos de 2014, pero aún no sabemos la cantidad”, denotó Lorenzo, que se quejó de las “grandes dificultades” que deben superar las personas necesitadas de protección para acceder a un procedimiento que, en la mayor parte de los casos, tarda entre dos y tres años. “Solo en admitir a trámite la petición tardan al menos seis meses, tiempo en el que la asistencia de CEAR es básica”, concluyó.

Migrantes en el “limbo” legal

Miles de migrantes se encuentran “atrapados en un limbo” en suelo europeo porque las autoridades no pueden expulsarles a sus países de origen -las razones van desde la falta documentación hasta la ausencia de convenios bilaterales-, pero tampoco les permiten regularizar su situación: llegaron de forma clandestina, pasaron por centros de internamiento, fueron puestos en libertad y ahora viven sin derechos y “bajo el radar” de la policía, que “les detiene reiteradamente” por carecer de documentación.

Así lo recoge un informe del Consejo Europeo de Exiliados y Refugiados (ECRE, por su siglas en inglés), una red de ONG que con fondos de la UE ha puesto en marcha la campaña Punto de no retorno para dar a conocer la situación de estas personas que, en la mayoría de los casos, no podrían regresar a su país aunque quisieran “por razones que escapan a su control”. Son diversos los motivos por los que se convierte en “inexpulsable” a una persona. El más frecuente es de índole administrativa, el individuo carece de documentación oficial que acredite su lugar de nacimiento o la administración no la considera válida. Si la embajada del país de origen no reacciona en plazo, no reconoce como compatriota al afectado o impide la expedición de documentos, éste es puesto en libertad pero queda sin papeles. También pueden caer en esta situación los solicitantes de asilo cuya petición es denegada.