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Política y vinagre – Por Román Delgado

   

El Cabildo de Tenerife no quiere vender en establecimientos bajo su control vino de calidad hecho por bodegueros de la Isla que lo comercializan con el sello de la denominación de origen protegida (DOP) Islas Canarias, y así lo hace porque le da la real gana, que es tanto como afirmar que la decisión responde a razones políticas. No hay causa técnica de peso que justifique tan aberrante e incoherente acción. Ninguna, por mucho que el señor Bethencourt quiera marear la perdiz en los medios locales e incluso sea capaz de pedir algo tan trascendental a los otros: “Generosidad”. El Cabildo, aún no se sabe muy bien por qué, no deja entrar a parte de los vinos de calidad elaborados aquí, los de DOP Islas Canarias, en la casa de todos los tinerfeños, pero, hasta hace nada, sí permitía en el mismo espacio en que hoy niega la venta de esos caldos, de bodegueros tinerfeños, muchos, que se facturaran pizzas, raviolis y espaguetis, o bien, y esto en su espléndida mansión del casco de La Laguna, casi todo menos lo canario; perdón, lo tinerfeño. En este recinto, no hay folclore de Los Sabandeños, sino pachanga, merengue y salsa de multiprocedencia. Claro que es una exageración, pero me sirve para subrayar tan gruesa incongruencia: la insoportable levedad de mentes residentes en el Cabildo. Estas neuronas son capaces de hacer volar por los aires normas comunitarias, estrategias comerciales de empresas locales y tantas otras cosas de interés para salir adelante y ser competitivos en el mercado interior, donde más hay que trabajar (no tanto en Kazajistán, Juan Ramón) para aliarse con el futuro. La prohibición del Cabildo es sólo por razones políticas, por cuestiones relacionadas con un mal entendido ADN del vino propio, de la patria insular que embrutece. El Cabildo ha metido la pata hasta el fondo, y ya está tardando en rectificar, en pedir perdón y en abandonar el sectarismo. Las marcas de vinos de bodegas locales con DOP Islas Canarias son de Tenerife y, en algunos casos, sólo se elaboran con uva de la Isla. ¿Qué tiene de malo, señor Bethencourt? Nada. Ni ellos saldrán adelante por las ventas que hagan en comercios del Cabildo ni usted sacará de malos resultados a empresas quizás afines. Ya está tardando en ser sensato y ganar tiempo para contribuir con más ideas a que hoy el cultivo de uva calidad no se vaya al carajo. Uno ve al Cabildo con estas excentricidades y se le avinagra la política. Más todavía. Han perdido el norte.

@gromandelgadog