GABRIELA GULESSERIAN | Puerto de la Cruz
Imagen del paseo de San Telmo, en Puerto de la Cruz. | M. PÉREZ
La plataforma ciudadana Maresía teme que las obras que se proyectan en el paseo de San Telmo, uno de los lugares más emblemáticos de Puerto de la Cruz, se conviertan en un nuevo Gamonal, al contar, como sucedió en el barrio de la ciudad de Burgos, con el descontento de muchos vecinos y turistas.
La actuación, con un presupuesto de 1,7 millones financiados entre el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento, responde al desgaste del paseo, uno de los más transitados y el de mayor potencial urbanístico y comercial.
Sin embargo, de las 3.187 alegaciones presentadas, solo 936 fueron a favor dado que el resto ha sido en contra del proyecto. Pese a ello, añade Maresía, las administraciones se empeñan en continuar con esta iniciativa que además afectará al legado del prestigioso artista lanzaroteño César Manrique, dado que muchos elementos que se pretenden eliminar son de su autoría. “Así se lo hemos demostrado con documentación al Cabildo, ya que hemos presentado muchos escritos al área insular de Patrimonio pero sus responsables nunca nos han contestado”. Es más, añaden desde el citado colectivo, “su plan es seguir adelante con la obra”.
La plataforma advierte de las repercusiones que puede tener esta actuación. “Cuando se cambie todo por una uniformidad de color gris, los ciudadanos serán conscientes de que se ha transformado una de las señas de identidad del municipio y ha desaparecido un patrimonio artístico e histórico valioso, porque hasta el momento nadie ha negado que eso sea así”.
Igualmente, añade: “Cuando vean que la arena de la playa está a un segundo nivel, que el agua llega hasta arriba porque el único elemento de protección que tienen es una barandilla, se darán cuenta de lo que se ha hecho”.
Por todo ello, y para evitar un daño irremediable, la plataforma Maresía le pide al Cabildo de Tenerife que abra un proceso de diálogo, “porque van a llegar las palas y van a provocar un proceso muy similar al vivido días atrás en el barrio de Gamonal”, donde el proyecto que se pretendía ejecutar no contaba con el visto bueno de la población, y el Ayuntamiento se vio obligado a cancelarlo.
“Hay que sentarse, escuchar y dialogar”, sostienen los miembros de la plataforma y recuerdan que en la única reunión que tuvo lugar en el Ayuntamiento, en julio de 2013, para hablar de la reforma del paseo, “mucha gente le dijo al presidente insular, Carlos Alonso, que no quería ese proyecto y este se comprometió a reunirse con la plataforma y el arquitecto redactor para intentar buscar una solución, pero ese encuentro nunca tuvo lugar”.
Es más, recuerdan que representantes del colectivo ciudadano sí lo hicieron con el arquitecto, “quien dijo que iba a trasladar la información pero nunca más se supo nada del Cabildo”.